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Investigadores buscan redefinir el concepto de perros salvajes con el fin de proteger a nuestra biodiversidad

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– Pese a su innegable carisma, los perros han contribuido a la extinción de al menos 11 especies en el planeta, y estarían poniendo en peligro la persistencia de otras 188 especies, incluyendo mamíferos, aves, reptiles y anfibios.

-Un reciente trabajo abordó la problemática que estos animales en condición “asilvestrada” ocasionan en ecosistemas de Chile y el mundo, y por qué es tan importante reformular esta clasificación y sobre todo, promover la tenencia responsable de mascotas.

No cabe duda que los perros domésticos son un aporte a nuestra sociedad, a través de los vínculos afectivos y de apoyo mutuo que se construyen entre estos animales y las personas. Sin embargo, la existencia de perros asilvestrados y tenencia irresponsable de estas mascotas, es un escenario presente en todo el mundo, que pone en riesgo la salud y bienestar humano y del resto de la naturaleza y nuestra biodiversidad. Estudios internacionales señalan que estos animales son una amenaza para la biodiversidad a nivel mundial, pues han contribuido a la extinción de al menos 11 especies a la fecha, y estarían poniendo en peligro la persistencia de 188 otras especies, incluyendo mamíferos, aves, reptiles y anfibios.

De hecho, en nuestro país se ha reportado que los perros de vida libre son la principal causa de pérdidas de ovejas y cabras en pequeños propietarios. También, se ha concluido que en Chile hay varias especies amenazadas por los perros, incluyendo ciervos como el huemul y la taruca, cánidos como el zorro culpeo, el endémico zorro de Darwin, y otros animales como el huillín y el chungungo. Asimismo, se ha observado que los perros de vida libre ocasionan daño en zonas costeras, particularmente, atacando especies de aves.

A raíz de este escenario, es que un grupo de científicos chilenos liderados por Rocío Contreras-Abarca, investigadora de la Universidad de Chile, desarrolló un trabajo que propone redefinir el concepto de “perro salvaje”, con el fin de apoyar las estrategias de conservación y tenencia responsable de estos animales. El estudio, publicado en la revista Biological Conservation, también estuvo liderado por los investigadores Silvio Crespin (Universidad de Concepción), Darío Moreira, (Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB y Universidad de Santiago de Chile), y Javier Simonetti (Universidad de Chile).

Perro asilvestrado en playa | Foto Pixabay

“Actualmente, cuando se habla de perros “asilvestrados” en la literatura, se abordan cinco criterios. Por ejemplo, aquellos perros que comen basura son considerados dependientes de los recursos humanos. De esta manera, los perros asilvestrados son aquellos que no tienen dueño, circulan libremente, se encuentran fuera de asentamientos humanos, tienen un bajo o nulo nivel de socialización con las personas y no dependen de recursos derivados de éstas. En cambio, para otros animales domésticos, como las vacas, el término “asilvestrado” es más simple, estando compuesto de dos criterios: ubicación y estado de propiedad, determinado por la presencia de marcas o etiquetas”, explica Darío Moreira, científico del IEB.

Según advierten los investigadores, esta clasificación de los perros, que presenta diferencias con la de otras especies, sería inefectiva para identificar realmente si un perro es o no asilvestrado, dificultando las acciones que se deberían tomar para controlar a estos perros y proteger a la biodiversidad. “Una vaca puede ser identificada como asilvestrada si se encuentra en un área natural sin ninguna marca o etiqueta, mientras que un perro debería pasar por pruebas para evaluar su socialización con las personas y dependencia sobre recursos humanos para ser clasificado como asilvestrado. De esta manera, es imposible determinar si un perro es asilvestrado a simple vista, y, para categorizarlo, se deberían usar recursos importantes como dinero y tiempo. En el intertanto, las poblaciones de perros aumentan y continúan afectando negativamente a la biodiversidad nativa”, afirma Darío Moreira.

Darío Moreira

Por otro lado, los investigadores sostienen que, en el ámbito de la conservación biológica, no se debe favorecer a una especie sobre otra. “Creemos que esta definición más estricta de “asilvestrado” aplicada a perros, surge por un sesgo impulsado por un afán de proteger a estos animales, ya que generalmente las especies asilvestradas se manejan mediante el control letal. Por ello, identificar a un perro como asilvestrado implicaría que dicho perro se debe sacrificar. Este es un tema altamente controversial, probablemente debido al carisma innegable de los perros y la relación cercana que tienen con los humanos. Empero, y tal como ocurre con otras especies asilvestradas, los perros tienen impactos negativos sobre la biodiversidad y las personas, y tenemos que hacernos cargo de estas consecuencias”, señala el investigador del IEB.

Nuevo concepto de perros asilvestrados

En ese contexto, el estudio plantea redefinir el concepto de perros asilvestrados, utilizando solo tres de los cinco criterios que emplean las definiciones actuales en la literatura. Así, se sugiere que su estatus se defina sólo de acuerdo a su estado de propiedad, movimiento y ubicación. “Nuestro objetivo con esta redefinición es facilitar la identificación de perros asilvestrados en la práctica, permitiendo un manejo más rápido de estos animales”, asegura Moreira.

Pese a ello, los autores explican que la discusión no sólo debe centrarse en definir una clasificación. “Para conservar la biodiversidad no podemos perdernos en discusiones de sobre cuál clasificación es mejor para cada perro y cuál método de manejo es más adecuado según esa clasificación. Mientras definimos estas particularidades, hay perros depredando y transmitiendo enfermedades a la fauna silvestre, llevando a especies nativas al borde de la extinción. Tenemos que hacernos cargo de los perros independientemente de su clasificación porque el tiempo apremia. La extinción de especies nativas está en juego” resume Roció Contreras-Abarca.

Por ello, los autores plantean que, si un perro sufre de tenencia irresponsable, encontrándose en un espacio público, sin supervisión humana o no realizando un trabajo (como cuidar del ganado), éste debería ser llevado a una perrera para ser devuelto a su dueño, junto a una considerable multa. Si el perro no es recuperado por su dueño, sería puesto en adopción. Pasado un tiempo, si el animal no es adoptado, debería ser sacrificado. Lo mismo debería aplicarse a perros sin dueño. En el caso de perros encontrados en áreas naturales, estos deberían ser capturados y puestos en adopción, y pasado un tiempo, sacrificados si es que no son adoptados. De lo contrario, si es imposible capturar a un perro en un área natural este debería ser sacrificado.

Respecto a los métodos letales utilizados para sacrificar a los perros, los autores enfatizan en que éstos deben seguir los estándares éticos y sin causar sufrimiento.

Tenencia responsable y implicancias para Chile

En nuestro país, la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas define múltiples categorías de perros, pero no incluye entre ellas la definición de perros salvajes o asilvestrados. Además, prohíbe el uso de métodos de control letal en estos animales. Esto significa un problema por dos razones. Primero, porque la ley no reconoce la existencia de perros asilvestrados en Chile y por ende, las personas y la biodiversidad carecen de protección legal contra ellos. En segundo lugar, las personas no pueden tomar acción inmediata en contra de los perros, lo que es especialmente aplicable a los pequeños ganaderos.

“Si un perro ataca ovejas, el dueño podría matar al perro, pero arriesgaría una denuncia si se determina que ese perro tenía dueño. Como alternativa, la persona podría no matar al perro, y perder a una o más de sus ovejas como resultado. Ningún caso es aceptable”, comenta Darío Moreira.

De hecho, según advierten los autores, hay muchos trabajos en Chile que señalan que los perros de libre movimiento y que sí tienen dueño, también son una amenaza para la fauna silvestre. Por lo mismo, éstos deben ser supervisados y controlados en cualquier espacio público si no se encuentran en compañía de humanos. “Por todo ello, la tenencia responsable es crucial para cuidar la naturaleza”, comenta Darío Moreira.

“Cuando los perros salen a pasear solos, ya sea en la ciudad o en áreas rurales, pueden afectar el diario vivir de las personas, con problemas que van desde la salud pública, con sus heces en la calle, hasta la muerte de personas, tal como ocurrió hace unas semanas, con la mujer en Placilla, Valparaíso. Estos perros que pasean solos también afectan a la fauna, mediante depredación, acoso y transmisión de enfermedades”, comenta el científico del IEB.

Para corregir esto, se han propuesto tres proyectos de ley que permitirían el control letal de perros asilvestrados. Aún así, los autores señalan que si se controla a los perros de acuerdo con su categorización, seguiremos teniendo el mismo problema, pues no se puede diferenciar si un perro es asilvestrado o no a simple vista.

Los autores saben que el control letal de perros es un tema controversial en Chile, como evidenciaron las protestas y eventual derogación del decreto 65/2015, que permitía la caza de perros asilvestrados. Pero, aseguran que lamentablemente, las medidas de control propuestas por la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas no son suficientes para solucionar el problema. “La fiscalización y remoción de perros de las calles son inusuales, principalmente porque los fondos de las municipalidades no dan abasto”, indica el investigador. Este hecho aumenta la necesidad de usar métodos letales en perros, ya que este método remueve efectivamente a los animales, en lugar de redistribuirlos.

“Aunque todos los perros con dueño sean esterilizados, vacunados y no se les permita el libre movimiento, lo cual tomará décadas en lograrse, aún tenemos perros sin dueño en las ciudades y en áreas naturales que pueden depredar a otros animales. Debido a esto, y aunque quisiéramos que fuese de otro modo, argumentamos que el control letal en estos casos sería una herramienta efectiva para solucionar este problema. Para conservar a la biodiversidad, necesitamos de medidas como éstas, principalmente en las poblaciones de perros en áreas rurales, a fin de complementar las estrategias que se están llevando a cabo actualmente”, comenta Darío Moreira.

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