El monitoreo contribuye a identificar los factores que amenazan a la población de huemules donde aparecen principalmente la presencia de ganado doméstico.
Así como a fines de marzo fueron las aves acuáticas, durante el mes de abril la Corporación Nacional Forestal (CONAF) en Magallanes realizó en el Parque Nacional Torres del Paine el monitoreo de huemules correspondiente al año 2022.
El operativo, que es realizado una vez al año con una metodología específica para esta especie de difícil detección, fue coordinado por el programa de Conservación y Gestión Ambiental de CONAF en el Parque Nacional Torres del Paine con un equipo integrado por 18 personas entre personal de CONAF, guardaparques, y representantes de la oficina provincial en Natales y regional en Punta Arenas.
Organizados en grupos de a dos y centrado específicamente en el sector conocido como Pingo, se realizaron 8 recorridos preestablecidos durante dos días consecutivos, sumando una trayectoria de 154,86 km y 82 horas de observación.
Los resultados mostraron el avistamiento de 2 hembras adultas, además de registrar otros indicios de la presencia de esta especie en distintos puntos del área a través de sus fecas, huellas y ramoneo. De igual forma, se realizó una evaluación visual de la condición sanitaria de los animales del área.
El bajo número de individuos avistados en este monitoreo, mantiene la preocupación del personal guardaparques de CONAF en el Parque, ya que han apreciado cómo en los últimos años el número de individuos de esta especie en el sector Pingo ha ido disminuyendo.
El monitoreo contribuye a identificar los factores que amenazan a la población de huemules donde aparecen principalmente la presencia de ganado doméstico, fragmentación de su hábitat, enfermedades infecciosas y la persecución y/o depredación por parte de perros domésticos por mencionar las más importantes.
En el caso particular del Parque Torres del Paine, se reconoce a los incendios forestales como otra de sus amenazas locales de mayor cuidado, la cual se suma a la presencia de ganado bovino y equino que compite por su territorio y se encuentra de forma abundante en algunas zonas del Parque como fue comprobado en el monitoreo a través de observación directa o rastros indirectos de fecas y/o huellas. A modo de ejemplo, en el colindante Parque Nacional Bernardo O’Higgins, se constató que aquellos territorios que fueron liberados de la presencia de ganado doméstico tuvieron una mejoría en las poblaciones de huemules.
El huemul (Hippocamelus bisulcus) es el cérvido más austral del mundo, siendo nativo de Chile y Argentina, y la relevancia de monitorear sus poblaciones radica en que se encuentra en estado En Peligro según el Reglamento de Clasificación de Especies (RCE).
Actualmente, la especie del huemul se encuentra declarada extinguida en las regiones de la Araucanía, Maule y O’Higgins, mientras que en la región del Bío Bío sobrevive aislada una pequeña población.