Por Luis F. Larrondo Ph.D.
Director del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio)
Académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Hace tres años que el día del Patrimonio no se celebra de manera presencial. El país, y el mundo entero, ha restringido distintas actividades en pos de resguardar la salud pública y disminuir la propagación del COVID-19. Pero finalmente este año, durante dos días, se celebrará lo que desde ahora se llamará “Día de Los Patrimonios”, relevando la pluralidad de patrimonios, herencias, memorias, identidades y territorios presentes en el país.
Desde nuestra mirada de científicos, enfocados en estudiar y comprender cómo las plantas y hongos perciben el ambiente, recordamos en esta celebración, la importancia de reconocer y valorar el patrimonio natural de Chile. El que muchas veces no vemos, pero que es de gran relevancia para los diversos ecosistemas, así como para nuestro desarrollo sustentable.
Desde lo micro, en el Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), podemos destacar, por ejemplo, la importancia que tienen los hongos, tanto en su interacción con plantas y animales, como en nuestra vida diaria. Así, no es de extrañarse el encontrarlos en la preparación de distintos alimentos, cervezas y vinos, en la fabricación de medicamentos, en el biocontrol de fitopatógenos o en el combatir la escasez hídrica a la que se ven sometidas (cada vez más) distintas plantas. Y, aun cuando los hongos están presentes en todos los ecosistemas, sólo conocemos una pequeña fracción de los millones de especies que existen.
Al igual que la flora y fauna nacional, los hongos deben ser considerados como parte importante de los ecosistemas y del patrimonio natural que tenemos. La Fundación Fungi, liderada por Giuliana Furci, ha jugado un rol notable en posicionar en la discusión mundial la relevancia de los hongos, planteando de forma clara cómo deberían ser incluidos como parte integral de lo que generalmente llamamos solo flora y fauna, agregando el concepto Funga. Así, por ejemplo, si nos detenemos a mirar parte de nuestros bosques es difícil disociarlos de la presencia de algunos hongos icónicos del sur de nuestro país, tales como el Griffola gargal, digüeñes o llao – llao. Por otra parte, nuestra propia investigación en el iBio nos ha permitido generar nuevas cervezas con identidad utilizando Saccharomyces eubayanus: una levadura aislada desde la cortezas de árboles nativos del género Nothofagus, abriendo un tremendo polo de crecimiento para la industria cervecera nacional, con productos patrimoniales de notables características.
El patrimonio natural se considera a aquellas zonas naturales delimitadas, como son los parques nacionales, áreas de conservación, monumentos naturales, formaciones geológicas y fisiográficas, entre otras. En cada una de ellas hay claros componentes macroscópicos que por diversas razones subjetivas (i.e. estéticas) u objetivas (i.e. científicas) son fascinantes, pero también está la necesidad de caracterizar, estudiar y preservar aquello que no se observa a simple vista, como los integrantes de lo que comúnmente se conoce como “reino fungi”.
En este día del Patrimonio, destacamos también el patrimonio genético de hongos y plantas. El material genético contenido en los distintos organismos, sean vegetales, microorganismos, líquenes, u hongos, acuáticos y terrestres, son de gran relevancia tanto desde el punto de vista científico, así como para un desarrollo económico sustentable y respetuoso con el ambiente. Chile es un país rico en biodiversidad, con una alta representación de especies endémicas y nativas. El patrimonio genético entonces es algo irremplazable y de gran importancia de investigación, conocimiento y para nuestra propia identidad.
En el iBio nuestro objetivo a largo plazo es comprender cómo las perturbaciones ambientales controlan las propiedades de las plantas y los hongos como individuos y también como entidades que interactúan bajo distintas condiciones. Entender cómo plantas y hongos perciben el ambiente permite concebir estrategias efectivas de nutrición vegetal, así como diseñar mejores alternativas en el control de patógenos vegetales y el desarrollo de soluciones biotecnológicas en el país, desde la ciencia y para nuestro propio país.
Finalmente, y en la diversidad de esta celebración de Los Patrimonios 2022 el mensaje es a reflexionar, reconocer y valorar la diversidad, incluso aquella que es difícil ver o muy lejana de conocer de manera presencial. También recordar que hay muchos hongos comestibles, pero también hay muchos que, aunque se ven apetitosos, son venenosos y pueden ser mortales. Por lo mismo, es importante, fomentar la educación sobre el tema, y el respeto y la valoración por estos habitantes con los cuales compartimos este territorio llamado Chile.