La industria farmacéutica latinoamericana enfrenta enormes desafíos de futuro. Estos no solo se vinculan con una pandemia aún en desarrollo, sino con cómo podemos fortalecer las competencias del sector a fin de estar mejor preparados para las emergencias que con seguridad se avecinan en las próximas décadas.
En ese contexto, una de las más relevantes es la capacidad de las industrias locales de alcanzar mayor autonomía en la producción de insumos, medicamentos y materias primas. Se trata, qué duda cabe, de una cuestión fundamental para abordar los actuales y futuros retos sanitarios con una disponibilidad y acceso a productos y servicios de calidad garantizada.
Esta fue una de las conclusiones de la denominada “Declaración de ALIFAR, documento elaborado en la asamblea anual de esta asociación que reúne a más de 400 empresas farmacéuticas de Latinoamérica , y que se dieron cita recientemente en la ciudad de Guaruya, Brasil
El documento vuelve a relevar el rol estratégico de este sector, la necesidad de que los Estados de la región diseñen políticas públicas que promuevan avances importantes en beneficio de los ciudadanos. Entre ellos, favorecer la producción local, que garantiza acceso oportuno a medicamentos y regulaciones adecuadas a las realidades locales.
Todos temas que deben estar –y así lo esperamos– en la primera línea del debate de nuestras políticas sanitarias en los próximos años.
Por Elmer Torres, vicepresidente ejecutivo
Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa)