· El trabajo apunta a acciones de restauración y enriquecimiento ecológico, en un contexto de respecto a su cosmovisión.
Potenciando el trabajo participativo y colaborativo con los pueblos originarios, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) recuerda este 21 de junio el Día Nacional de los Pueblos Indígenas, establecido en la Ley N° 21.357.
En el marco de este día, el director ejecutivo de CONAF, Christian Little, destacó el “trabajo mancomunado que tenemos a lo largo del país con nuestros pueblos indígenas, desarrollando especialmente acciones de restauración y enriquecimiento ecológico, basados en las tradiciones culturales, recogiendo la cosmovisión y saberes tradicionales, sobre la base del principio de respeto, reciprocidad y promoviendo el trabajo comunitario”.
Entre los ejemplos de esta labor resalta el aporte que se está realizando al sistema de salud del pueblo mapuche, los ritos y prácticas religiosas, los espacios sagrados y ceremoniales, a través de la entrega de tres mil plantas nativas a organizaciones indígenas de la Región de La Araucanía, organizaciones que se encuentran trabajando con autoridades tradicionales y distintos centros de salud mapuche. Las plantas beneficiarán a los centros de salud mapuche Boroa Filolawe de Nueva Imperial, Huinkul Lawen de Saavedra y Ñi Lawentugun también de Nueva Imperial.
Las actividades de CONAF con los pueblos originarios también se registran en el norte del país con las comunidades aymaras de la Región de Arica y Parinacota, cuya alianza basada en el Modelo Ambiental Intercultural Andino (MAIA) permitió realizar acciones de Manejo Tradicional de Bofedales, entendiendo que los bofedales son la base alimenticia del ganado doméstico y de los herbívoros silvestres, junto con ser verdaderas represas verdes que contribuyen al ciclo del agua y actúan como sumideros de carbono. Se suman a ello la producción y la plantación de flora nativa, como la queñoa, yareta, algunas hierbas medicinales y otras especies de valor cultural.
Cabe destacar que el 21 de junio se produce el solsticio de invierno, fenómeno considerado por los pueblos indígenas como un renacer, ya que es la época en que la tierra se prepara para su nuevo tiempo de fertilidad, celebración marcada por el retorno de un nuevo ciclo solar, que irá aumentando la cantidad de luz hasta la llegada a su plenitud, que corresponde al solsticio de verano, el 21 de diciembre.