Un enfoque integrado para cerrar la brecha entre la toxicología alimentaria, la salud pública y la economía, es la materia que reunió a un equipo de investigadores de la Universidad de Concepción que analizaron la importancia de reducir el metilmercurio en los alimentos.
El metilmercurio (MeHg) es uno de los compuestos más tóxicos que existen, el cual se forma a partir del mercurio (Hg). Su principal fuente corresponde a emisiones industriales, utilización de combustibles fósiles y quema de basura. Este elemento químico está distribuido por todos los ecosistemas terrestres y acuáticos del mundo, incluyendo los suelos, los sedimentos y el agua, desde los cuales puede ingresar a los alimentos, tornándose en un problema a nivel mundial debido a su elevada toxicidad, su larga persistencia en el medio ambiente, su capacidad de biomagnificarse a través de las cadenas alimentarias, y sus graves efectos adversos sobre la salud y los compartimentos ambientales. El MeHg puede provocar daños a los seres vivos incluso a niveles bajos de exposición.
El Convenio de Minamata establecido en 2013 es una acción mundial que se erigió para redoblar los esfuerzos contra la contaminación por mercurio y sus efectos adversos en la salud humana. Durante la última década, hubo un aumento exponencial en la investigación de los impactos del metilmercurio en la toxicología de los alimentos, la salud humana, la economía, entre otros, aunque faltan estudios que los relacionen.
Es por ello que expertos de Agronomía y Veterinaria UdeC, se encuentran estudiando la forma de reducir este compuesto en los alimentos. El Dr. Winfred Espejo Contreras, académico del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, lideró una investigación sobre metilmercurio y señaló que, “existen bastantes avances científicos sobre metilmercurio, por lo que encontrar un tema que sea original, que no se haya realizado previamente en ninguna parte del mundo es difícil. Sin embargo, detectamos una brecha en los estudios que fueran capaces de plantear un nexo claro entre las diferentes disciplinas que realizan investigación sobre el metilmercurio”, sostuvo el académico.
En esta investigación también colaboraron el Dr. José Celis Hidalgo, de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC, la Dra. Paulina Bahamonde del Centro de Estudios Avanzados – HUB Ambiental UPLA, Universidad de Playa Ancha, y el Dr. Gustavo Chiang de la Facultad de Ciencias de la Vida, Universidad Andrés Bello.
El grupo de investigadores propuso un enfoque integrado entre la toxicología alimentaria, la salud pública y la economía, para reducir la cantidad de metilmercurio en los alimentos. En este sentido el Dr. José Celis, de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC, mencionó que, “esta aproximación integrada permite estimar cuánto dinero se podría ahorrar si se redujera en 1 miligramo la cantidad de MeHg presente en los alimentos. Creemos que este esfuerzo servirá para hacer visible el impacto del MeHg”.
La información generada en este estudio puede permitir a las agencias reguladoras locales y a las organizaciones internacionales identificar qué grupos de alimentos deben ser focalizados para ir reduciendo la exposición de los humanos al metilmercurio a través de la dieta, y ayudar al desarrollo de planes de acción efectivos contra los alimentos más dañinos para la salud humana.
Los resultados de esta investigación se encuentran recientemente publicados en la prestigiosa revista científica Polish Journal of Environmental Studies (Revista científica de acceso abierto).
Finalmente, el Dr. Espejo agregó que, “este trabajo se enmarca en la línea de investigación de salud planetaria (se refiere a la salud de la civilización humana y al estado de los sistemas naturales de los que depende), línea que ha tomado mucho impulso en los últimos años debido a la importancia de abordar en conjunto los problemas de salud ambiental, incluidos suelos y agua, y la salud de humana”, puntualizó.