- Daniel Díaz, investigador del Centro ANID, Instituto Milenio Ckelar Volcanes, junto a un equipo del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (OVDAS), de Sernageomin, e investigadores extranjeros, están probando una nueva herramienta que mide el campo electromagnético de la Tierra, a través de la observación de los macizos más activos del país.
El monitoreo volcánico en Chile y el mundo, está ligado a estaciones sismológicas, que miden movimiento del suelo, mediciones de deformación superficial medidas con GPS, datos satelitales, y cámaras para observación directa de diferentes parámetros. Pero existen otro tipo de equipos que no han sido utilizados en nuestro país para vigilar la actividad volcánica: la magnetotelúrica. Estos instrumentos miden el campo electromagnético de la Tierra que pueden asociarse a cambios en el reservorio magmático de un volcán activo.
Daniel Díaz, investigador principal del Instituto Milenio Ckelar Volcanes y académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, junto a Álvaro Amigo, jefe de la Red de Vigilancia Volcánica de Sernageomin, y un equipo del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (OVDAS), e investigadores internacionales de Alemania y Nueva Zelanda, está probando en Chile esta nueva técnica. Se trata de una investigación Fondecyt liderada por el geofísico de la U. de Chile.
Monitoreo electromagnético
La magnetotelúrica, afirma el geofísico y volcanólogo Daniel Díaz, es una técnica de monitoreo electromagnética que mide la conductividad eléctrica del suelo y detecta cuerpos vinculados a la cámara magmática del sistema hidrotermal de un volcán activo, de manera de observar de manera temprana cambios en la estructura volcánica.
“Hasta el momento solo se había usado en el país para sacar una especie de ‘foto’ de un momento determinado de la actividad de un volcán, pero la idea ahora es dejarlas permanentes o por mucho tiempo, de forma que podamos observar cambios en las estructuras magmáticas o de los sistemas que están bajo los volcanes. De esta manera, podremos detectar actividad anormal, muy útil en la gestión del riesgo de desastre”, comenta el doctor Díaz.
De acuerdo a los expertos, se trata de un experimento, ya que se desconoce su funcionamiento como sistema de monitoreo: “En Villarrica ya tenemos un modelo bastante bueno del parámetro que nosotros medimos (resistividad eléctrica del subsuelo), pero lo que queremos lograr con estaciones de monitoreo de magnetotelúrica, es justamente, ver cambios en el sistema magmático en tiempo real de volcanes tan activos como el Villarrica o el Llaima, ambos ubicados en la Región de la Araucanía”, agrega el experto de la Universidad de Chile.
Estaciones remotas
Para poder instalar las estaciones de magnetotelúrica en ambos macizos activos, los científicos y científicas caminaron con equipos que superan los 30 kilos a lugares remotos, y muchas veces, se enfrentan a la inclemencia climática. Las estaciones temporales, emplean bobinas de inducción y electrodos que permiten obtener información sobre la resistividad eléctrica del subsuelo, ya que esta herramienta mide la capacidad con la que un material como el magma bajo los volcanes, se opone al flujo de la corriente eléctrica.
En el volcán Villarrica, cuenta el experto de Ckelar Volcanes, la estación fue instalada en el borde de la caldera antigua que está en el lado Este del volcán, donde hay una estación sismológica del OVDAS. Los volcanólogos dejaron midiendo por un par de meses la estación de magnetotelúrica y luego obtuvieron los datos para analizarlos. Algo similar ocurrirá con las estaciones instaladas en el Llaima. Lo que esperan los expertos, es que finalmente esas estaciones sean permanentes.
“La idea final es que estas nuevas formas de medición, nos ayuden a comprender mejor el funcionamiento de los reservorios magmáticos en el entorno de volcanes activos que en Chile superan los 90 macizos. El Villarrica y el Llaima, los primeros en ser monitoreados con esta herramienta experimental, tienen actividad volcánica muy recurrente en las últimas décadas y en el caso del Villarrica casi permanente”, concluye Díaz.
Fuente: Ckelar Volcanes