Texto y fotos: Comunicaciones Postgrados USS
En el marco del Día Internacional de la Tiroides, es vital recordar la importancia del yodo y de una dieta equilibrada para la salud tiroidea y la prevención de trastornos asociados. Samuel Durán, director del Magíster en Nutrición en Salud Pública de la Universidad San Sebastián, explica cómo mejorar los hábitos alimenticios puede contribuir significativamente a reducir el riesgo de enfermedades tiroideas y mejorar la salud pública en general.
El cáncer de tiroides (CT) es el cáncer más común del sistema endocrino, y su incidencia ha aumentado significativamente en varias partes del mundo durante los últimos 30 años. En Chile, se ha estimado la incidencia de cáncer de tiroides en 2 casos por cada 100.000 habitantes, y 5,3 en el caso de las mujeres. En Estados Unidos, es el quinto tipo de cáncer más común en mujeres. De hecho, las mujeres tienen tres veces más riesgo de desarrollar cáncer de tiroides que los hombres, especialmente durante la edad reproductiva.
“La mayoría de los estudios indican que un mayor peso corporal y una mayor grasa corporal incrementan el riesgo de cáncer de tiroides. Con respecto a los factores dietéticos, algunos estudios han encontrado que el consumo de pescados y mariscos, alimentos ricos en yodo, puede reducir el riesgo de cáncer de tiroides”, explica Samuel Durán, director del Magíster en Nutrición en Salud Pública de la Universidad San Sebastián.
De acuerdo con diversos estudios, el consumo de otros tipos de vegetales parece tener un efecto protector. Entre ellos se incluyen zanahoria, espinaca, pimentón, tomate, ajo, cebolla, lechuga, pepino, calabaza y berenjena. Estos vegetales son ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen a la salud general y pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.
Además, el doctor en nutrición Samuel Durán indica que asegurar una dieta balanceada y rica en yodo es fundamental para el funcionamiento adecuado de la tiroides. “El yodo es un elemento esencial para el funcionamiento normal de la hormona tiroidea, ya que regula la producción de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Tanto una ingesta insuficiente como excesiva de yodo pueden causar trastornos en la función tiroidea, lo que resalta la importancia de un consumo equilibrado”, expresó el académico de la facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud.
Obesidad y cáncer de tiroides
Durán explica que en Chile contamos con varios factores dietéticos adversos para la prevención del cáncer de tiroides. “La prevalencia de obesidad es alta, especialmente entre las mujeres, con un 38,4% de ellas clasificadas como obesas o con obesidad mórbida. Además, el consumo de pescado es bajo; menos del 10% de la población chilena alcanza la recomendación de comer pescado al menos dos veces por semana. De manera similar, el consumo de vegetales es insuficiente, con pocas personas alcanzando las tres porciones diarias recomendadas”, apunta.
Asimismo, enfatiza la importancia de mejorar estos hábitos alimentarios: “Es fundamental incrementar el consumo de vegetales, y asegurar una ingesta adecuada de alimentos ricos en yodo. Para las personas que siguen dietas vegetarianas o veganas, es crucial consumir sal yodada para evitar deficiencias, ya que el yodo se encuentra en alimentos de origen animal, ya que muchas veces se opta por sales artesanales que no contienen yodo”.
En este Día Internacional de la Tiroides, el llamado del docente de la USS es a tomar conciencia de la importancia de una nutrición adecuada para la salud tiroidea y trabajar juntos para reducir los factores de riesgo asociados al cáncer de tiroides.