Ayacara está en la península de Comau, comuna de Chaitén, a sólo 104 kilómetros de distancia de Puerto Montt. Pero para llegar allí desde la capital regional, se requiere hacer un viaje por tierra de casi seis horas – barcaza incluida-cuestión que amplifica el aislamiento en el que vive la comunidad de pueblos originarios del sector Buill Sur, que debe cruzar una gastada pasarela, todos los días, para conseguir insumos y alimentos en el pueblo de Ayacara, distante a otros 14 kilómetros.
Hasta allí llegaron 9 estudiantes de Ingeniería Civil de la Universidad de Los Lagos, junto al académico Cristian Vallejos, para elaborar una propuesta de construcción de una nueva pasarela, que incorpore el valor patrimonial y turístico de la actual y para proponer una mejora a la infraestructura del Liceo Peninsular de Ayacara, que atiende a escolares de enseñanza básica y media.
“Es absolutamente enriquecedor”, comentó Cristián Vallejos. El académico del Departamento de las Ciencias de las Ingenierías, destacó que este tipo de actividades representa una tremenda oportunidad de crecimiento profesional y personal para académicos y para el estudiantado. “Así, podemos llevar la Universidad a lugares donde muy pocos llegan, pudiendo conocer y vivir realidades y contextos, a los cuales no siempre nos enfrentamos. Este primer viaje ha sido una experiencia de alto impacto, no solo para las comunidades que visitamos, si no que para todo el equipo que viajamos hasta allá. Sin duda, es algo que todo estudiante debiese vivir al menos una vez dentro de su formación profesional, para aterrizar sus conocimientos y habilidades al servicio de nuestro entorno”, enfatizó el profesor.
De esta manera, Matías Gómez, Camila Oyarzún, Macarena Puyado y Bastián Segovia, respondieron al llamado de la Fundación Para La Superación de la Pobreza, para ir en ayuda de la comunidad de Buill, para recomponer y recuperar la imprescindible pasarela peatonal, que para sus beneficiarios tiene un valor patrimonial. Pasarela que fue construida a pulso, por los antepasados de la misma comunidad de Buill, integrada por pueblos originarios de huilliches, lafkenches y mapuches. “Es una pasarela icónica, porque antes de que se construyera la primera pasarela en los 70’ , la gente tenía que cruzar el río Buill y pasaba cargando sus productos a pie y eso era peligroso. Entonces, la pasarela que construyeron da cuenta de la historia de la comunidad y del vínculo con los antepasados que la construyeron”, comentó Mario Bizama, coordinador territorial programa Servicio País Los Lagos.
Tras conversar con representantes de la comunidad de Buill para recoger sus inquietudes y después de hacer una evaluación del estado actual y los problemas estructurales de la pasarela, el equipo de estudiantes elaboró una propuesta de solución ingenieril, mediante la construcción de una nueva estructura. “Propusimos un diseño que mantiene el uso de la madera como elemento identitario, porque la pasarela representa un elemento patrimonial para la comunidad, pero sumamos elementos como el acero y hormigón, que son más resistentes al uso y a las condiciones climáticas. Además, nos dejaron muy claro que quieren utilizar la nueva estructura con fines turísticos”, comentó Bastián Segovia, ingeniero en formación.
Mario Bizama destacó la coherencia de la propuesta y las medidas de solución viables para la comunidad. “Agradecemos a la universidad, por este instrumento de toma de decisiones, con la que nos aportan sus estudiantes. Esperamos poder gestionar los recursos para su implementación. Pienso que el municipio verá con buenos ojos la reposición de la pasarela. Al existir esta relación con la Universidad de Los Lagos, nos permite llegar más lejos, escalar hacia otros aspectos que no estamos cubriendo. Como Fundación no podíamos abordar cuestiones de estructura, porque son necesarios profesionales, que vengan de la ingeniería. Esperamos que este vínculo con las ingenierías ULagos que ya lleva un buen tiempo, nos permita fortalecer este un vínculo de confianza para poder seguir trabajando en lo más profundo del territorio”, comentó
El agua se corta a las 4
En forma paralela, John Bustamante, Matías Cárcamo, Francisca Maragaño, Ashley Ruiz y Luis Martínez realizaron un diagnóstico del Liceo Peninsular Ayacara. Pudieron identificar varias necesidades y problemáticas del establecimiento educacional, para proponer soluciones que mejoren la infraestructura y las condiciones generales del establecimiento.
El principal problema detectado, se relaciona con el suministro de agua potable del liceo, que se realiza en base a camiones aljibe que llenan el estanque del establecimiento educacional diariamente. No obstante, las fisuras del mismo estanque, hacen que el agua se filtre y se pierda, de modo que el liceo sólo cuenta con agua potable hasta las 4 de la tarde. Esto significa que las clases terminan antes y que el estudiantado que asiste al establecimiento está – en promedio- tres meses atrasado en su avance académico.
Otro tema es la ausencia de espacios de recreación techados. Cuando llueve, los recreos se hacen en los pasillos y la comunidad escolar se moja, para cruzar de una sala a otra. Tampoco cuenta con acceso universal, aunque han habido efectivamente personas con discapacidad.
En consecuencia, el equipo de estudiantes elaborará un proyecto para solucionar los problemas con el estanque de agua, para su reparación o reemplazo, cumpliendo las especificaciones técnicas, con un presupuesto, antes del 11 de julio. “La directora del establecimiento señaló que entre todas las cuestiones que requieren mejoras, éste era un asunto prioritario para el normal funcionamiento del liceo”, comentaron los estudiantes.
“Nuestra intervención es declarativa, depende de lo que la comunidad considere prioritario”, indicó Mario Bizama de Servicio País.
Este trabajo es realizado en el marco de la asignatura de Proyectos de Construcción, que imparte el académico Carlos Vergara, director docente de Ingeniería Civil. Sobre esta iniciativa en conjunto con la Fundación Para La Superación de la Pobreza, el académico explicó que este proyecto forma parte de la asignatura Taller de Proyectos de Construcción, basada en el modelo de trabajo ULAB, donde el estudiantado es protagonista desde el inicio hasta el final. “Es fundamental que los futuros ingenieros e ingenieras comprendan que el territorio en el que trabajarán no se limita a los centros urbanos como Puerto Montt y Osorno. La extensa región, con zonas de baja densidad poblacional, escasa tecnología y limitada capacidad técnica, requiere soluciones en el ámbito de las obras civiles”, indicó el director docente.
Carlos Vergara agregó que una manera de abordar los desafíos de la región es permitir que el estudiantado de cuarto y quinto año – con las competencias adquiridas – observen los problemas que enfrenta la sociedad en lugares remotos, de difícil acceso y propongan soluciones viables. “Para ellos, al igual que para cualquier profesional, resulta muy gratificante aplicar su conocimiento y tecnología a problemas reales. Considero que nuestros egresados y egresadas deben contribuir a mejorar la región en toda su extensión. Como hemos podido observar en este proyecto, hay mucho por hacer en el sector sur de la Región de Los Lagos. Por lo tanto, esperamos continuar aportando en los próximos semestres, llevando soluciones a donde más se necesitan”, enfatizó el académico.