A través de una carta, apoyada por más 70 instituciones internacionales, la comunidad científica busca que estos ecosistemas sean prioritarios en las políticas ambientales.
Tras el desarrollo del primer encuentro de mapeadores de algas en español realizado en Punta Arenas en abril pasado, científicos firmaron una carta para concientizar sobre la importancia de aumentar la protección de los bosques de macroalgas (también llamados kelp o huiros) en las políticas ambientales en Latinoamérica.
La misiva, que surgió en la instancia organizada por el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), y que contó con el patrocinio de la Seremi de Ciencias Macrozona Austral, la Seremi de Medio Ambiente de Magallanes y el Ministerio de Relaciones Exteriores, señala que si bien se estima que los bosques de macroalgas de Latinoamérica representan el 40% de la cobertura global, menos del 1% se encuentran en Áreas Marinas Altamente Protegidas, especialmente aquellos presentes en costas de Argentina y Chile.
Los firmantes, entre los cuales destacan investigadores de renombre global como Dra. Sylvia Earle (Mission Blue), el Dr. Paul Dayton (University of California) y el Dr. Enric Sala (NatGeo), demandan la necesidad de “un mayor compromiso por incluir estos ecosistemas marinos como un valor de conservación prioritario en las estrategias de conservación de cada país, ya sea en áreas marinas altamente protegidas y/o incluyendo las especies que forman estos bosques dentro de diferentes figuras de protección”.
El Dr. Mauricio Palacios, investigador del Centro IDEAL plantea que “es importante que la ciencia logre incidir sobre los tomadores de decisiones, obviamente con evidencia científica de calidad. Esto es relevante en países como Chile, donde las amenazas a estos extraordinarios bosques de macroalgas son constantes, y donde el peso del valor natural y social, particularmente sobre las comunidades costeras, aún no ha sido asimilado del todo”.
Palacios, quien también investigador asociado del Programa Marino de la Fundación Rewilding Chile, agrega que “en esta región del mundo se encuentran los bosques de kelp más resilientes del planeta, y donde la ciencia aún está desarrollando líneas de investigación de interés global como, por ejemplo, relacionados a poder comprender e identificar cuáles son los flujos de carbono en estos ecosistemas (Blue Carbon) y, de esta forma, ver cuál es el aporte real de estos bosques en el actual escenario de crisis climática”.
La carta plantea tres ejes de acción. El primero es la protección eficiente del 30% de los bosques de macroalgas en las políticas ambientales de Latinoamérica. El segundo es establecer figuras de protección para especies que están amenazadas por la extracción directa y la crisis climática. El tercero es la necesidad de identificar y proteger los bosques de macroalgas persistentes y resilientes.
La Dra. Alejandra Mora, creadora del primer mapa mundial de bosques submarinos de macroalgas que se desempeña como especialista en algas marinas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) e investigadora del Scott Polar Research Institute, señala que “esperamos que el llamado que hacemos desde la comunidad científica sea escuchado por los tomadores de decisiones. Mientras aumentan las presiones sobre este ecosistema por amenazas como el barreteo y la contaminación, más crece el número de personas que buscamos caminos para su protección, porque entendemos que la protección incrementa la biodiversidad marina, y eso nos beneficia a todos”.