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Comunidades de Los Ríos restauran bosque nativo para enfrentar crisis hídrica

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La escasez hídrica es un tema que preocupa también en el sur del país, como lo evidencian diversas comunidades locales de la Región de Los Ríos que han decidido tomar acciones para enfrentar esta situación.

Para ello, han recurrido a lo que sus conocimientos tradicionales, pero también la ciencia, les entregan como mejores opciones. Así, tal vez sin conocer previamente el concepto, han comenzado a organizarse y a implementar una de las más potentes y efectivas Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) frente a la disminución del recurso hídrico, agudizada por el cambio climático: la restauración de bosque nativo, principalmente enfocada en cabeceras de cuencas y tomas de agua de consumo humano, con foco en APR (Agua Potable Rural).

En este ámbito, las mesas locales de Aylín (Lanco) y San Luis de Alba (Mariquina) se encuentran desarrollando un trabajo que comprende diversos actores públicos y privados del territorio, contándose con más de 40 hectáreas ya definidas como zonas de protección o restauración, en una mirada que busca también impulsar la economía local, con mano de obra y oficios vinculados que provean las propias comunidades.

Esta labor ha generado una serie de alianzas, acuerdos y compromisos, y suma distintos apoyos, como el de la Unión Europea (UE) y la organización de conservación WWF Chile. Esto, a través del proyecto “Abastecimiento de agua potable rural, restauración de bosques y derechos humanos, en la cuenca del río Valdivia”, financiado por la UE, ejecutado por WWF Chile, y co-ejecutado por el Gobierno Regional de Los Ríos, la Asociación de Municipalidades de la Región de Los Ríos, Conaf y la Fundación Superación de la Pobreza.
La iniciativa apuesta por fortalecer la gobernanza en el acceso y derecho humano al agua, así como la restauración de bosques, planificación participativa para la cuenca del río Valdivia, y la generación de alianzas público-privadas, que permitan financiar, diseñar e implementar otros proyectos de restauración y faciliten la sistematización y difusión de recomendaciones para la restauración y políticas públicas.

Juan Nahuelpán Compayante, gerente del Vivero Comunitario Las Quemas y parte de la Mesa Territorial agro-ecológica de Aylín, zona en que se está restaurando, valoró la colaboración de diferentes actores y manifestó su optimismo respecto a poder revertir la escasez hídrica que, indica, ya es percibida por los habitantes de zonas rurales, quienes han decidido tomar acciones al respecto. “Tengo una visión positiva y con energía sobre lo que es el cuidado y mantenimiento de las cuencas hidrográficas de la zona, especialmente del sector Las Quemas, ya que la degradación está muy presente y se arrastra desde hace varios años. Tomar cartas en el asunto para nosotros está siendo muy importante ya que, si no se toman acciones rápidas, no vamos a tener un futuro muy prometedor respecto al cuidado de nuestros recursos”, señala.

Unos cincuenta kilómetros hacia la costa, en Iñipulli, la dirigenta Patricia Chacón, comparte esta mirada de urgencia, pero también el optimismo. Secretaria de la Comunidad Indígena del sector y de su Agrupación de Turismo, además de miembro de la mesa local de San Luis de Alba, sostiene que “no va a ser como era antes, nunca va a ser lo mismo, pero sí podemos ayudar a que sea mejor y no empeorar las cosas”.
Recuerda que antiguamente la provisión de agua en el sector era mucho mayor, pero la llegada de las plantaciones forestales y la explotación del bosque nativo generó un efecto del cual nadie advirtió a las comunidades, sufriéndose hoy las consecuencias de degradación, cambios en el paisaje y menor disponibilidad hídrica, entre otros aspectos.

“Quiero agradecer porque hoy tenemos los apoyos de ustedes que han llegado para la restauración y la protección de las cuencas de agua (…) La comunidad es la que ha tenido que seguir luchando para llegar a buen puerto, para poder dejar un legado a nuestros hijos, poder dejarles agua, y también a la gente que vive en las ciudades, porque depende del campo, si no tenemos agua no tenemos para sembrar, no tenemos las plantas, y nosotros respiramos y vivimos de las plantas, por eso es el cuidado que nosotros tenemos y los invitamos a todos a tener conciencia”, señala. En específico, en el sector se realizará restauración en predios de la comunidad y, complementariamente, en nacientes de agua en terrenos de Forestal Consorcio, con la que se llegó a un acuerdo para enanchar las zonas de protección y restaurarlas.

Apoyo a restauración comunitaria

Para la Unión Europea es muy importante apoyar este proyecto, que fortalece la adaptación al cambio climático bajo un enfoque de derechos humanos. Creemos que es una iniciativa que, además de mejorar la disponibilidad de agua para los APR, genera muchos otros efectos positivos en el territorio, al fortalecer la colaboración en las comunidades y recuperar ecosistemas degradados”, señala Ewout Sandker, Jefe de Cooperación de la Delegación UE en Chile.

“El liderazgo de las comunidades es clave para el éxito y la continuidad de estos proyectos en el mediano y largo plazo, sobre todo en temas de largo aliento como la restauración. Ésta requiere recursos y diversas acciones donde los acuerdos y compromisos públicos y privados sientan una base robusta, incluyendo empresas forestales y agrícolas. Además, es necesario monitorear lo que se ha comprometido y evaluar los impactos, donde los aportes a los ecosistemas son tan relevantes como los incentivos que vaya teniendo la comunidad para seguir adelante”, sostiene Carlos Vergara, encargado de Bosques y Restauración de WWF Chile.

En concreto, el proyecto ayudará a reforzar los puntos de restauración comunitaria en los sectores mencionados donde la ONG Conectar para Conservar viene realizando un trabajo de apoyo previo a las comunidades.
“Ellas han sido líderes de estas iniciativas, son las que han convocado a distintas organizaciones, a las empresas que hacen uso del agua o donde están las nacientes de las aguas y que han estado muy preocupadas por la disminución hídrica, sobre todo en el verano. Perciben que se van secando sus cursos de agua y a raíz de eso se han generado estas instancias, mesas público privadas, donde el equipo técnico viene a ser un apoyo en términos de tener instrumentos y metodologías que nos permitan identificar estas zonas críticas, caracterizarlas y después abrir esta conversación con el sector privado, con Conaf y las mismas comunidades para ver cómo abordar estas zonas de protección y generar acuerdos de restauración”, explica Claudia Bustamante, de Conectar para Conservar, quien coordina la parte técnica de las mesas de protección de cuencas en Aylín y San Luis de Alba.

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