El 12 y 13 de agosto se llevó a cabo en la Casa Central de la Universidad de Chile el 2do Encuentro de Innovación, un evento que unió a la academia con los sectores científico-tecnológico y productivo. En este marco, la destacada investigadora argentina Lilia Stubrin, de la Universidad Nacional de San Martín, participó en el taller “El camino de las startup desde la universidad”, donde compartió experiencias con jóvenes emprendedores y abordó los desafíos de la transferencia tecnológica.
Lilia Stubrin es doctora en Estudios Económicos y Políticos del Cambio Tecnológico por UNU-MERIT y la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos. Actualmente, se desempeña como investigadora en CONICET, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, y dirige el Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT) en la Universidad Nacional de San Martín. Con una vasta experiencia en la intersección entre innovación tecnológica y políticas públicas, Stubrin ha sido una voz clave en la discusión sobre el rol de las universidades en la transferencia de tecnología y el desarrollo de soluciones para los desafíos sociales y económicos de América Latina.
La investigadora visitó Chile para participar en el 2do Encuentro de Innovación, organizado por la Universidad de Chile, organizado por la Dirección de Innovación de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo del plantel, donde lideró un taller sobre el rol de las universidades en la creación de startups tecnológicas. “Es fundamental que las universidades no solo formen profesionales, sino que también impulsen la creación de tecnologías que puedan transformar nuestras economías y sociedades”, señaló Stubrin. Su presencia en este evento resaltó la importancia de fortalecer la colaboración entre instituciones académicas, centros de investigación y el sector productivo para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
– ¿Cuáles cree que son los puntos en común entre Chile y Argentina sobre el desarrollo de emprendimiento, investigación y tecnología?
Los ecosistemas en general son muy parecidos, ambos estamos generando espacios para promover el desarrollo de tecnología que pueda transferirse, además de hacer investigación, formar alumnos y capital humano. Las universidades estamos haciendo esfuerzos para generar tecnologías que puedan resolver problemas tanto económicos, productivos como sociales. Y estos esfuerzos tienen que ser a partir de la transferencia tecnológica, pero también a partir de la generación de empresas. Vemos que las y los investigadores como cada vez más estudiantes se animan. En las instituciones argentinas vemos cómo se van formando capacidades para transferir conocimiento, a través de las oficinas de transferencia de tecnología y el apoyo a quienes quieren emprender. Tenemos similitudes y también las dificultades asociadas a construir esas nuevas herramientas de transferencia, a veces las resistencias culturales para hacer investigación que salga de las universidades, que cada vez creo que son menores. Debemos seguir empujando esta agenda de la innovación.
– Y en ese empuje de la agenda innovación, ¿cómo cree que el 2do Encuentro de Innovación de la Universidad de Chile contribuye a movilizar estos espacios?
Yo creo que es extremadamente valioso porque justamente promueve la generación de confianza, que las partes se conozcan. Participaron autoridades y participantes de diferentes instituciones de Chile, universidades, centros de investigación, laboratorios, entidades públicas e instituciones del ecosistema científico tecnológico. Eso genera lazos de confianza entre las personas, conocer qué están haciendo, conocer en qué se está trabajando y pensar en potenciales colaboraciones. En términos personales, me pareció súper enriquecedor escuchar experiencias y también compartir, ser parte de este proceso donde se van creando puentes después de la pandemia, volverlos a ver en persona y construir esos lazos. Estos espacios tienen un valor incalculable.
– Participó en el conversatorio “Innovación Biotech una oportunidad de colaboración regional”, ¿cuáles son las acciones urgentes?
Además de restablecer las confianzas regionales, debemos aprovechar que en América Latina, tenemos casi un idioma común, a excepción de Brasil. Y eso nos quita una barrera importante. Debemos aprender un poco el viejo mundo, donde ellos hicieron consorcios científicos y buscaron los apoyos necesarios. Yo creo que es hora que botemos las barreras de desconfianzas y avancemos en regulación, pero en una regulación que nos proteja. Yo tengo alma de abogada, vemos mucho intercambio científico y tenemos que trabajar en sistemas de protección a nivel regional. Por ejemplo, es muy interesante ver los estudios sobre biodiversidad que requieren muchísima investigación y desarrollo. Por mencionar un caso, se decidió estudiar los microorganismos de los salares, para eso necesitamos desarrollar biotecnología azul. La biodiversidad está bajo nuestros mares, y ahí necesitamos capacidades científicas, tecnología e inversión. Es un desafío muy costoso y también se requieren entender los protocolos científicos existentes para este tipo de investigación e implementarlos bien.
Cuando se piensa la biotecnología como actividad productiva y de innovación, hay todo un conjunto de elementos, donde se requiere inversión en investigación y desarrollo, y también financiamiento para para poder llevar ese desarrollo tecnológico al mercado. Cuando planificamos incubar empresas muy especializadas, debemos ser conscientes que se requieren apoyos en varias materias: capital de riesgo, acompañamiento, asesorías legales, regulatorias, mercado científico tecnológico, en fin, hay todo un conjunto de áreas donde debemos protegernos.
– Y sobre el taller que realizó sobre el camino de las startups desde la universidad, ¿cuál es su impresión?
El taller estuvo muy interesante. La idea era generar un espacio para compartir experiencias de cómo es emprender desde la universidad, cómo es generar una empresa desde la universidad. Contamos con estudiantes y un investigador que han decidido emprender en temáticas vinculadas a la biotecnología. Fue un espacio que sirvió de inspiración para aquellos que tienen interés en emprender y algunos que están empezando porque poder escuchar la experiencia de otros siempre es valioso. Es importante darle visibilidad a los emprendimientos que están surgiendo de la universidad. Fue un espacio súper fructífero, de camaradería, donde se pudo generar información y vinculación. Para mí también fue muy enriquecedor escucharlos, escuchar sus experiencias y también los desafíos que tienen y cómo los van superando.
Tanto en este taller, como en todo el Encuentro de Innovación, no me he sentido invitada, me siento parte del excelente del ecosistema y agradezco la oportunidad a la Dirección de Innovación de la Universidad de Chile por entregarme este espacio para compartir con diferentes actores del sector público, sector científico, tecnológico, gestores tecnológicos, y conversar los temas de la innovación.
Rocío Riquelme Novoa, Sustentabilidad Uchile
Fotografías: Felipe Poga