El rol que desempeña en el equilibrio ecológico es uno de los aspectos esenciales que se resaltó desde la Corporación Nacional Forestal (CONAF) en el Día Internacional del Puma, celebrado anualmente el 30 de agosto, fecha dedicada a la concientización sobre la importancia de este majestuoso felino en los ecosistemas americanos y la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para su conservación.
Así lo destacó Carlos Jesús Gatica, biólogo y administrador del Parque Nacional Llullaillaco, estudioso de esta especie, quien además explicó que el puma (Puma concolor), también conocido como león de montaña, es uno de los depredadores más versátiles y extendidos del continente, abarcando desde Canadá hasta el sur de Chile y Argentina. Es un depredador clave en Chile y en el mundo, desempeñando un rol fundamental en el equilibrio de los ecosistemas en los que habita. En el norte de Chile, su conservación se enfrenta a desafíos únicos, debido a la interacción con actividades humanas y la fragmentación del hábitat.
Distribución y hábitat en el norte de Chile
El puma tiene una distribución amplia en Chile, desde la región andina del norte hasta la Patagonia en el sur. En el norte de Chile y específicamente en la Región de Antofagasta, el puma habita en entornos tan diversos como el Parque Nacional Llullaillaco. Este parque, ubicado a los pies de la cordillera de los Andes, se caracteriza por su altitud extrema y un clima árido, proporcionando un hábitat relativamente seguro y aislado para los pumas.
El Parque Nacional Llullaillaco, que abarca el volcán homónimo, uno de los más altos del mundo, ofrece un refugio vital para los pumas en un entorno de vegetación adaptada para climas áridos y fauna adaptada a las duras condiciones del altiplano. A pesar de las adversidades, este entorno permite al puma mantener su rol como depredador tope, controlando las poblaciones de especies presas como el guanaco y otros mamíferos pequeños, lo que es crucial para la salud del ecosistema local.
Amenazas
A pesar de su amplia distribución, las poblaciones de pumas enfrentan serias amenazas debido a la pérdida de hábitat, la fragmentación del territorio y los conflictos con comunidades humanas. En regiones como el norte de Chile incluyendo áreas protegidas como el Parque Nacional Llullaillaco, en Antofagasta, los pumas deben adaptarse a entornos áridos y montañosos, donde la expansión de la minería, el desarrollo de carreteras y líneas de alta tensión ponen en riesgo su supervivencia.
El conflicto con ganaderos es uno de los desafíos más significativos, ya que la depredación de ganado por pumas genera tensiones que a menudo resultan en la caza del mismo, una práctica que disminuye las poblaciones de estos felinos y pone en peligro la biodiversidad local.
Los pumas están cada vez más presentes en paisajes modificados por el hombre. En áreas donde el hábitat natural ha sido fragmentado por la expansión de la agricultura, la minería y la urbanización, los pumas han demostrado una notable capacidad de adaptación, acercándose a áreas habitadas por humanos. Este comportamiento genera preocupación tanto por la seguridad de las personas como por la conservación de los pumas, que se ven expuestos a un mayor riesgo de caza retaliatoria (ley del talión) o en represalia.
El día internacional del puma también es una oportunidad para resaltar la importancia de la educación y la sensibilización en la conservación de especies. Es muy importante educar a las comunidades sobre el rol del puma en el ecosistema y para promover políticas que protejan sus hábitats. El enfoque en la creación de corredores ecológicos, que conectan áreas protegidas, es una estrategia clave para asegurar que las poblaciones de pumas puedan moverse libremente y mantener su diversidad genética.
Estrategias de conservación
La creación de corredores ecológicos que conecten áreas protegidas, como el Parque Nacional Llullaillaco con otras zonas de la cordillera, es crucial. Estos corredores facilitan el movimiento de los pumas, permitiendo que mantengan un rango de hogar adecuado y evitando la endogamia, lo cual es esencial para la salud genética de la población. Además, la protección de estos hábitats ayuda a mitigar los conflictos al reducir la necesidad de los pumas de acercarse a áreas habitadas.
Las iniciativas para educar a las comunidades locales sobre la importancia del puma en el ecosistema y sobre prácticas que puedan reducir los ataques al ganado son fundamentales. La implementación de medidas preventivas, como la construcción de corrales reforzados y el uso de perros guardianes, podrían reducir significativamente los conflictos.
Por último, el rol del Estado y de las instituciones públicas al incentivar con recursos la investigación continua sobre la ecología del puma, incluyendo el uso de tecnología como cámaras trampa y collares GPS, al interior de las áreas protegidas, es vital para comprender mejor sus patrones de movimiento y comportamiento en relación con los humanos. Estos datos son esenciales para desarrollar planes de manejo efectivos.
Parque Nacional Llullaillaco
El Parque Nacional Llullaillaco juega un papel crucial en la conservación del puma en la Región de Antofagasta, al proporcionar un refugio en un entorno inhóspito y aislado, este parque permite la conservación de una población de pumas que, de otra manera, podría estar en mayor riesgo debido a la presión de las actividades humanas.
La administración adecuada y efectiva son esenciales para garantizar la supervivencia a largo plazo de los pumas en el parque nacional y en el norte de Chile.