Tras firmar el acuerdo Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal –adoptado en la última Conferencia de las Partes sobre Diversidad Biológica en 2022–, nuestro país se comprometió a iniciar un proceso que renueva las 23 metas para la conservación y uso sostenible de sus ecosistemas.
A pesar de los esfuerzos mundiales, la pérdida de la biodiversidad biológica aumenta a un ritmo sin precedentes y, junto a la contaminación y el cambio climático, conforman uno de los desafíos más grandes que ha enfrentado el planeta. De acuerdo a los últimos reportes de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), las tasas de extinción de especies son actualmente de diez a cientos de veces más altas que los promedios históricos.
Chile no es la excepción. En el país, de las 1.546 especies clasificadas en categoría de amenaza, 19 están extintas, 186 en peligro crítico y 445 en peligro, 330 vulnerables. Es decir el 63 % de las especies clasificadas están en condición crítica o han desaparecido.
En la perspectiva del reconocimiento de esta crisis de la biodiversidad, en 2022, 196 países entre ellos nuestro país, adoptaron como un desafío conservar y hacer un uso sustentable de la naturaleza, por medio del marco conocido como Kunming-Montreal.
Este pacto, acordado en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad en 2022, invita a las naciones a discutir 23 nuevas metas para el 2030 y cuatro objetivos para 2050. Hasta la fecha 138 países se encuentran en proceso de actualización de sus ENB, apoyados conjuntamente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA.
Servicios ecosistémicos
De acuerdo a Bárbara Saavedra, directora Wildlife Conservation Society (WCS), la conservación de la biodiversidad es quizás la tarea más urgente a escala global y no necesariamente la más famosa: “Los niveles de degradación son gigantescos y redundan en la disminución de la contribución o los servicios ecosistémicos que hacen posible la existencia y el bienestar actual y futuro de la sociedad”.
Bajo esa urgencia, Chile en 2023, inició el proceso de actualización y discusión de su actual estrategia de biodiversidad. A través de encuentros liderados por el Ministerio de Medio Ambiente, PNUD y la WCS, se espera con diferentes actores de la sociedad ¬–como instituciones públicas, científicos, jóvenes, ONGs, y movimientos sociales– recoger inquietudes, propuestas y compromisos para avanzar y escalar en iniciativas de restauración, protección y uso sostenible de la biodiversidad.
Daniela Manuschevich, jefa de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, enfatiza en la importancia de la actualización de la Estrategia, ya que busca “permite que la biodiversidad sea importante en todos los sectores y quehaceres de la sociedad, tanto en la sociedad civil, el sector privado, financiero y el Estado, pues la pérdida de biodiversidad impone el desafío de hacer las cosas de una manera diferente en todos los ámbitos, tal como se ha hecho con la agenda de género: hoy en día todos estamos incorporando prácticas y nuevas formas de hacer las cosas”
“En concreto”, agrega Manuschevich, “la implementación del nuevo Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas –desde institución hasta el conjunto de materias reglamentarias y de incentivos- es una de las herramientas clave con las que contará el país cuando esté en pleno funcionamiento”.
Políticas públicas
Pero también, complementa Paloma Toranzos, jefa de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de PNUD, es volver a relevar la protección y conservación de la biodiversidad como una prioridad. “Como lo ha planteado el mismo Secretario General de las Naciones Unidas, dependemos de la naturaleza, por lo tanto, hay una necesidad urgente de protegerla y conservarla. Poder integrar dentro de las políticas públicas de los países esa protección y conservación, a través de instrumentos específicos, es muy relevante”, afirma.
Las fórmulas para enfrentar la crisis de biodiversidad en Chile, tiene muchos caminos y herramientas, entre ellas, la puesta en marcha del nuevo Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, SBAP. “Por primera vez nuestro país contará con una entidad dedicada exclusivamente a la conservación de la naturaleza, con instrumentos para su preservación, restauración, y uso sustentable, tanto a nivel de genes, especies y ecosistemas. Además de gestionar las áreas protegidas y resguardar ecosistemas en todo el territorio nacional”, asegura Alejandra Figueroa, coordinadora proyecto GEF – PNUD para la actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad.
Según la experta, la actualización de la ENB, avanza en nuestro país para construir un nuevo marco estratégico (metas, visión, misión, objetivos) que complementará otras iniciativas en curso para la conservación de la naturaleza en Chile. En 2025 se abrirá la propuesta a la ciudadanía en un proceso de Consulta Pública, que precederá, a la discusión a nivel local y regional, de los planes de acción.
A juicio de la bióloga, un territorio como el nuestro, debe aprender a convivir con una naturaleza que nos provee bienestar, salud, servicios ecosistémicos y estabilidad económica. “Eso implica necesariamente realizar todos los esfuerzos para restaurar y detener el deterioro de los ecosistemas únicos que habitan los más de 700 mil kilómetros cuadrados y casi 7 mil kilómetros de línea costera”, concluye.