Así lo sostiene un estudio del Pacto Global de las Naciones Unidas y Accenture, para el cual fueron encuestados más de 2.800 líderes empresariales a nivel mundial.
En el punto medio entre 2015 y 2030, 85% de todos los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, no va por buen camino. Así lo concluye el Informe sobre Desarrollo Sostenible de Pacto Global de las Naciones Unidas y Accenture, para el cual fueron encuestados más de 2.800 líderes empresariales alrededor del mundo.
En este contexto, según los resultados, aunque 91% de los ejecutivos a nivel mundial está comprometido con los ODS, solo 49% cree que se podrán alcanzar hacia el año 2030. Además, aunque la mayoría sostiene que los avances de su compañía en este aspecto son importantes (81%), solo 48% estima que el sector privado en general está avanzando de forma efectiva.
Nicolás Goldstein, presidente ejecutivo de Accenture Hispanoamérica, destacó que “para avanzar, es fundamental que pasemos del discurso a la acción. Debemos expandir el impacto de la actividad económica y la innovación para promover una sociedad equitativa e integradora. Escalar estrategias de gobernanza que promuevan la alineación del sector privado con los ODS. Y, finalmente, transformar los modelos empresariales para mitigar el impacto medioambiental y emparejar las métricas de crecimiento con la sostenibilidad”.
Barreras
De acuerdo con el reporte, crisis mundiales como la pandemia, los altos niveles de inflación y fenómenos meteorológicos extremos han ralentizado o revertido drásticamente los avances en los ODS. Estos contratiempos han ampliado el déficit de financiación de los ODS hasta los 11-15 billones de dólares por año, a nivel mundial.
En el informe, los ejecutivos encuestados identificaron una serie de barreras para avanzar en los ODS. En primer lugar, está la inflación, con un 89%, seguida de las tasas de interés (78%) y las prioridades competitivas (79%).
Nicolás Goldstein concluyó que “si evolucionamos, en 100 años no deberíamos seguir viendo prácticas tan absurdas e injustas como las diferencias de riqueza, el acceso a educación para solo algunos o la brecha salarial. Pero ese futuro no se construye solo. Se construye con cada decisión que tomamos. El verdadero fracaso no será que no lleguemos a cumplir cada objetivo al pie de la letra. Más bien, será haber tenido el conocimiento, los recursos y la capacidad de actuar… y no haberlo hecho. El futuro nos está esperando. Hagámoslo posible”.