Estudiantes de las carreras de Educación Diferencial, Arquitectura y Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián les enseñan ciencia a niños de entre 4 a 6 años a través de entretenidos juegos y experimentos.
Gracias a un trabajo en conjunto entre tres carreras de la Universidad San Sebastián (USS), niños de entre 4 a 6 años de edad aprenden ciencia de manera entretenida a través de juegos prácticos que explican reacciones químicas.
El Dr. Ramón Arrué, químico y docente del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas de la USS y líder del proyecto, explica que el objetivo es “fomentar el interés por las ciencias, estimular el pensamiento crítico y habilidades científicas en los niños, además de fortalecer la colaboración entre la universidad y la comunidad escolar”.
La iniciativa, que se enmarca en el programa “Más Comunidad” de Vinculación con el Medio de la USS, se lleva a cabo en un laboratorio móvil donde se ofrecen talleres interactivos de química y que han sido preparados con la participación de estudiantes de las carreras de Química y Farmacia, Arquitectura y Educación Diferencial.
Los juegos y experimentos son simples y visualmente atractivos, utilizando colores, reacciones y materiales que capturan la atención de los niños para así invitarlos a explorar. En los ejercicios, los niños observan, manipulan y se asombran ante fenómenos como la mezcla de colores, la creación de espuma o la formación de burbujas luminosas.
Sandra Riffo, directora de Escuela de Lenguaje Chileduca de Chiguayante, explica que han logrado trabajar muy bien en conjunto con los profesionales de la USS: “Hemos visto las pruebas que se van a aplicar, las encuestas a los apoderados y el impacto en general en las profesoras, que ha sido bueno. La recepción de los apoderados ha sido bastante positiva y han mostrado interés en el programa”, afirma.
El programa impulsa talentos científicos desde edades tempranas, ya que, según la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, las escuelas que no cuentan con los recursos requeridos para la educación en ciencias muestran un retraso significativo en el aprendizaje de estudiantes.
El proyecto, que partió en agosto y finalizará en diciembre, involucra a más de 120 niños que pertenecen a la escuela de lenguaje Chileduca de Chiguayante. “Estamos muy contentos porque la recepción de la comunidad educativa de la escuela ha sido muy positiva”, concluye Ramón Arrué.