La innovadora iniciativa presentada por ambas naciones en la Conferencia de las Partes que se realiza en Colombia, ya tiene acuerdo firmado por la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, y el Secretario de Estado para el Medio Ambiente de Reino Unido, Steve Reed.
La propuesta que llevó Chile y Reino Unido a la COP16 toma cada vez más cuerpo. Esto, porque ambas naciones firmaron el histórico acuerdo que promueve posicionar a los hongos como un reino biológico independiente (de flora y fauna), y priorizado dentro de los acuerdos multilaterales ambientales, en específico de biodiversidad.
La iniciativa que cuenta con la colaboración de la Fundación Fungi tiene un norte claro. Según señala la ministra del Medio Ambiente y Champion de la COP16 de Biodiversidad, Maisa Rojas, “integrando a los hongos dentro de las estrategias y marcos globales de conservación, lo que hacemos es proteger a especies que cumplen un rol clave en la lucha contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la promoción de un desarrollo económico sostenible”.
Antes de la firma de este compromiso y a pesar de lo esenciales que son para el funcionamiento de los ecosistemas, los hongos habían sido ignorados o subrepresentados en los acuerdos internacionales sobre biodiversidad. “Forman asociaciones simbióticas con las plantas sin las cuales éstas no pueden vivir en ambientes terrestres, pero además descomponen la materia orgánica formando el suelo, secuestran carbono, ayudan a filtrar el agua y contribuyen en la biorremediación”, explica la ministra Rojas.
También son cruciales para la industria farmacéutica, alimentaria y agrícola, además de ofrecer nuevas oportunidades económicas basadas en tecnologías derivadas de este grupo biológico. Por todas estas razones es que tras la firma de la ministra Rojas y el Secretario de Estado para el Medio Ambiente de Reino Unido, Steve Reed, ya se han adherido importantes países en materia de conservación de la biodiversidad a este compromiso, como son Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Italia, Guinea, México, Perú, Benin, Cambodia.
Cabe mencionar que el acuerdo bilateral apunta no sólo a reconocer la relevancia ecológica del reino fungi, sino también a asegurar su protección mediante políticas concretas que abarcan desde lo global hasta lo local. Y también, que en el centro de esta iniciativa se encuentra la necesidad de crear un marco normativo que facilite la inclusión de los hongos en los sistemas de monitoreo y protección de la biodiversidad, con el fin de alcanzar objetivos más amplios establecidos en el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, adoptado en 2022.
Angela McLean, asesora científica principal del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales de Reino Unido (DEFRA), destaca que, por el rol que juegan los hongos en el reciclaje de nutrientes y el almacenamiento de carbono, es muy relevante que de ahora en adelante no se les pase por alto cuando se trata de proteger la vida en la tierra y en el océano.
El acuerdo firmado en el pabellón de la COP16 cuenta, además, con la colaboración del Royal Botánic Gardens de Kew, en el Reino Unido, considerado como el fungario más grande del mundo, con alrededor de 1.25 millones de especímenes. Ya embarcados en esta iniciativa, están secuenciando los genomas de miles de estos, lo que permitirá a los científicos entender el panorama de la diversidad fúngica y desbloquear su potencial para la medicina, la agricultura y la restauración ambiental. “Se conocen alrededor de 160,000 especies de hongos, pero esto es solo una pequeña fracción de las 2.5 millones de especies que se estima existen”, ha dicho McLean.
En Chile, en tanto, este compromiso bilateral sigue la línea pionera que nuestro país ha mantenido en cuanto a la conservación de los hongos, organismos que forman parte de la legislación ambiental y de las Evaluaciones de Impacto Ambiental desde 2010 y 2013, respectivamente. El país alberga una gran diversidad de especies, con más de 5.000 conocidas, muchas de las cuales son nativas y algunas amenazadas. En un contexto de triple crisis ambiental, la presencia de hongos en ecosistemas como el bosque valdiviano es clave para el secuestro de carbono, un proceso esencial en la lucha contra el cambio climático. También lo es para las economías locales, por ejemplo, en la recolección de Ramaria flava, conocida comúnmente como “changle”, especie comestible originaria de la zona centro-sur de Chile y utilizada en la gastronomía Mapuche.
El “Compromiso de Conservación de Hongos” firmado por la ministra Maisa Rojas y Reino Unido, busca que los países miembros del Convenio de Diversidad Biológica se comprometan a priorizar la conservación de los hongos en los marcos multilaterales ambientales y avancen en incluir medidas concretas en sus Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Planes de Acción. El éxito de este compromiso dependerá de la voluntad política de cada nación, pero también de la cooperación internacional y el financiamiento necesario para implementar estrategias de conservación fúngica que puedan mitigar los efectos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
“Estamos contentos porque a partir de hoy los hongos dejan de ser los grandes olvidados en los esfuerzos de conservación. Esperamos que cada vez más países se sumen a este compromiso y que pasen a ser especies valoradas y protegidas, pues son indispensables en la lucha por asegurar un futuro sostenible. Protegiéndolos estamos garantizando un equilibrio ecológico vital para las generaciones futuras”, concluyó la ministra Maisa Rojas.