El estudio indagó sobre la presencia de cinco metales pesados presentes en el suelo y los daños que ocasiona para la salud humana y para el medioambiente.
“Evaluación del efecto de las plantas termoeléctricas en la concentración de arsénico (As), cobre (Cu), níquel (Ni), plomo (Pb) y vanadio (V) en suelos del Puerto de Coronel, Chile”, es el nombre del estudio liderado por la académica Elizabeth González de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC). La investigación fue publicada en el capítulo 2 del libro “Ciencias del Mar: Estudios sobre el Ambiente Marino y Costero”, publicación perteneciente a la Editorial Artemis.
El estudio cuenta con la colaboración de los investigadores Pedro Tume, Felipe Neira y José Neira. El objetivo de la investigación fue analizar el efecto de las termoeléctricas respecto al contenido de metales pesados en el suelo. En concreto, se realizó un muestreo de suelos superficiales que abarca de 0 a 10 cm. y subsuperficial, que corresponde desde los 20 a los 30 cm. de profundidad.
Para el análisis se consideraron cinco estaciones cercanas geográficamente en mayor y menor medida a las termoeléctricas locales. Se analizó la influencia en la variabilidad de los metales pesados, esto dado a que la quema de combustibles fósiles por estas instalaciones puede llevar a la emisión atmosférica de metales que luego son depositados en el suelo por diferentes mecanismos, ya sea como partículas en suspensión, lluvia, niebla o viento.
Resultados
Los metales pesados son peligrosos debido a su uso extensivo, alta toxicidad y amplia capacidad de dispersión. Adicionalmente, son capaces de trasladarse de matriz, siendo depositados tanto en sedimentos como en suelos.
Las concentraciones de plomo, cobre y níquel en Coronel, son más altas de lo valores bases, siendo las dos primeras estaciones quienes lideran los porcentajes de concentraciones mayores. “Esos tres metales están en niveles más altos del nivel background de la zona. Esto significa que existe una entrada adicional, que es por efecto antropogénico, principalmente por las termoeléctricas locales”, comentó la investigadora Elizabeth González.
La presencia de metales pesados es peligrosa para la salud humana. Cuando se supera una máxima permisible, tienen diversos efectos, siendo perjudicial para los riñones, hígado, la salud visual e incluso hasta ocasionan cáncer y problemas en el sistema nervioso.
Las muestras de suelo fueron analizadas en los laboratorios de la Facultad de Ciencias UCSC, las que tomaron un tiempo de tres meses, sin considerar el muestreo. “Primero secamos las muestras, con un liofilizador a presión. Luego, se sometieron a una digestión con una mezcla de ácidos (agua regia). El siguiente paso, fue analizar en el equipo Espectrofotómetro de Absorción Atómica, que permite cuantificar la concentración de los metales pesados en las muestras analizadas”, agregó la académica.
Sobre la importancia de la temática, resulta relevante debido a que por ser muy nocivos para la salud es importante conocer si un lugar está contaminado o no. “Hay que identificar el valor de éstos en las muestras en diferentes matrices ambientales (sistemas tanto acuáticos y suelo). Esta es la primera etapa, saber la concentración, determinar si existe un riesgo ambiental y luego, el siguiente paso es enfocar estudios para remediarlo”, explicó.
Respecto a las medidas de mitigación, ya son conocidos los impactos que tienen los metales pesados para la salud humana, en altos índices. Una forma de concientizar es la clasificación de la basura o el reciclaje. “Las pilas contienen metales, es por eso que se aconseja que se reciclen, utilizando los contenedores establecidos. Evitar botar baterías a los basurales también es fundamental, dado que son altamente contaminantes. Resulta vital concientizar y educar”, finalizó.
La presente publicación surge a partir de la participación de la académica en el XVIII Congreso Latinoamericano de Ciencias del Mar (COLACMAR), realizado en Mar del Plata en 2019. Posteriormente, se presentó la oportunidad de difundir esta investigación en el libro correspondiente.
“La editorial es de ciencia abierta, lo que permite difundir la información de manera accesible a toda la sociedad. Es fundamental que el conocimiento esté disponible de forma libre, lo cual tiene un gran valor. Las investigaciones no cumplen su propósito si permanecen restringidas a un círculo cerrado”, concluyó la académica.