El emplazamiento a la prevención efectiva, la gestión óptima del territorio, la restauración del bosque nativo y un llamado a revisar en profundidad las actividades socioeconómicas, destacan en las conclusiones del Informe a la nación: Incendios forestales en Chile, presentado este jueves en la Universidad de Concepción.
La elaboración del documento estuvo dirigida por el Centro de Ciencia de Clima y la Resiliencia, (CR)2, siendo el producto del trabajo de más de 40 personas de diversas disciplinas de las ciencias naturales y sociales, donde participaron miembros de la comunidad UdeC además de la Universidad de Chile y la Universidad Austral.
El informe da cuenta del aumento de la frecuencia de los incendios forestales, además de un incremento de la severidad y el período en los cuales estos se extienden durante el año.
El Dr. Mauro González, investigador de la Universidad Austral y coordinador del Informe, subrayó que de los 22 incendios forestales de gran magnitud ocurridos en el territorio nacional desde 1985 hasta 2015, dieciséis de ellos se dieron solo en los últimos cinco años del periodo estudiado, donde también se disparó la cifra anual de hectáreas siniestradas y en el cual más de 70 estaciones climáticas advertían de un déficit de precipitaciones.
Uno de los factores de riesgo es la simultaneidad de los incendios, lo que genera un escenario complejo en el momento de distribuir los recursos para el combate del fuego.
“Eso tiene implicancias en cómo nosotros hacemos frente a esta problemática y, aparentemente, no está siendo suficientes todas las medidas de acción de prevención, de manejo y de preparación. Tenemos que actuar en una gestión más activa en el paisaje, de forma de tener un paisaje mucho más resiliente, menos vulnerable al daño por este tipo de eventos” afirmó el académico en la presentación del informe.
Los investigadores que estuvieron presentes en la actividad coincidieron en que las medidas que se adopten para prevenir los incendios deben estar en las prioridades del corto plazo, debido a que el aumento de las olas de calor y los problemas con el agua propician las condiciones adversas.
Siguiendo este planteamiento, el subdirector del (CR)2, Dr. René Garreaud, expresó que la prevención es un trabajo que debe ser protagonista: “Los incendios van a seguir ocurriendo y hay que mantener el brazo firme con el combate. Pero estamos enfrentando una realidad distinta, y hay que intervenir la prevención, la educación y el diseño de los paisajes. Pensar que colocando más helicópteros vamos a lograr combatir estos incendios es una ilusión. Tenemos que prevenirlos antes de que ocurran”.
La profesora titular del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, Dra. Laura Farías, es una de las académicas de nuestra casa de estudios que participó en la elaboración del informe y valoró de forma positiva la riqueza que entrega el haber abordado la temática de los incendios forestales desde diversas disciplinas.
“Es difícil imaginar a oceanógrafos trabajando en incendios”, indicó. “Yo, particularmente, trabajo en emisiones de gases de efecto invernadero en el océano. Estoy muy cercana a las emisiones, extrapolamos toda esa metodología y, junto con otros colegas que también trabajan en asuntos similares, calculamos cuál era la emisión que implicaba un incendio forestal de ciertas magnitudes como el de 2017. Es el equivalente a varios años de Transantiago”.
La investigación subraya que la mayoría de los siniestros tienen incidencia humana en su inicio (88%), aunque también ahonda en factores que permiten la propagación, como el tipo de clima, el uso y cobertura del suelo y la interacción entre las especies invasoras y el bosque nativo.
En las recomendaciones se llama a fortalecer la gobernanza ante los incendios, potenciando la educación y preparación de la población en torno a evitar las tragedias, además de diversificar el paisaje y establecer un clima para la generación de acuerdos que permitan tomar medidas a largo plazo.
Udec.cl