En la isla de Chiloé los zarapitos de pico recto pasan su temporada no reproductiva e investigadores nacionales estudian cómo se organiza la población.
La estudiante del Doctorado en Biología Marina de la Universidad Austral de Chile (UACh), Camila Gherardi-Fuentes, busca entender las causas y consecuencias de la segregación poblacional del zarapito de pico recto (Limosa haemastica) en Chiloé, donde esta ave especialista en grandes vuelos pasa la temporada no reproductiva.
Los zarapitos permanecen en Chiloé 5-6 meses, y los dos últimos, febrero y marzo, son vitales para que las aves logren realizar el viaje de más de 10.000 mil kilómetros sin paradas, hasta las llanuras de Norteamérica, donde se alimentan para recuperarse y volar después otros 5.000 kilómetros hasta llegar a Alaska, donde finalmente se reproducen.
Gherardi-Fuentes revela en una reciente publicación en la revista Acta Oecologica, junto a Jorge Ruiz, Claudio Verdugo y Juan G. Navedo, que a diferencia de otras especies similares donde existe segregación sexual estando los machos y las hembras separados en diferentes zonas, en Chiloé los zarapitos de pico recto no se segregan, aunque predominan en la población más machos que hembras.
El equipo de trabajo del Bird Ecology Lab www.birdecologylab.cl, liderado por el Dr. Navedo, estudia estas poblaciones de aves en Chiloé desde el 2014 con base en la Estación Experimental Quempillén, UACh, y con el apoyo de la ONG CECPAN. La investigadora comenzó en 2018 a estudiar la posible segregación sexual de las aves. “Es fundamental entender estos patrones de distribución, ya que el uso de hábitats distintos puede exponer a los individuos a distintas condiciones, por ejemplo, en la disponibilidad y calidad de alimento. Esto puede influir en la reproducción y supervivencia, lo cual tiene implicancias en las dinámicas poblacionales”.
El zarapito de pico recto está siendo estudiados por los expertos en distintas bahías, Caulín en la zona norte de la isla, Pullao en la zona centro, y Quellón en la zona sur. Cada año regresan de una travesía de más de 15.000 kilómetros desde Alaska hasta Chiloé. Los individuos regresan a las mismas bahías y no se mezclan, por lo que existe segregación en la población de zarapitos.
La estudiante de postgrado explica que, si una de las bahías se ve afectada por una disminución de alimento o aumento en la presión antrópica, y predominan en ella los jóvenes, o un sexo específico, esto podría afectar directamente a una disminución en su supervivencia incidiendo negativamente en la dinámica poblacional.
La investigación de los zarapitos seguirá sorprendiendo. Camila Gherardi-Fuentes continúa analizando la separación que sucede en las bahías de Chiloé en relación con esta especie de ave migratoria y profundizará durante el 2020 otras potenciales causas y sus consecuencias estimando la supervivencia de los zarapitos en diferentes bahías. Fotografía grupal: Camila Gherardi-Fuentes
Fotograía Zarapitos: Bird Ecology Lab