Comunidad mapuche de Saavedra espera con ansias que pase el coronavirus para echar al lago su wampo y llevar a los niños a practicar avistamiento de aves.
“Estamos esperando que pase el coronavirus para invitar a los niños de la Escuela Deume a subirse al wampo y hacer jornadas de avistamiento de aves en el lago”, afirma Carlos Díaz Nahuel (31), integrante de la comunidad mapuche “Azlilco Leufu Budi” de Saavedra, ubicada en el sector Collileufu Grande, a unos 12 kilómetros de la capital comunal en la Región de La Araucanía.
La comunidad está integrada por 60 familias mapuches que se dedican a la pequeña ganadería, agricultura de autoconsumo y a la crianza de aves de corral. En temporada estival también realizan actividades de ecoturismo, vinculadas al lago Budi. Este cuerpo de agua salada tiene una rica biodiversidad y alberga cerca de 180 especies de flora y 160 de fauna, algunas vulnerables y otras en peligro de extinción.
A fines de marzo de este año la comunidad puso término a un proyecto financiado por el Fondo de Protección Ambiental (FPA) cuyo objetivo fue construir wampos, o canoas elaboradas de troncos de árboles, habilitados con motores eléctricos para difundir el avistamiento de aves de una manera no invasiva y sustentable. Los wampos fueron usados antiguamente por los mapuches para el traslado de leña, ganado y productos agrícolas. Se unían dos de estas embarcaciones, asemejando a un catamarán, y fueron la manera más recurrente para trasladarse de un punto a otro en el lago. “Cuando había bosque nativo en la zona, los wampos se construían de tepa u especies nativas, ahora, sería un pecado echar un árbol abajo, así que los hacemos de álamo o pino”, cuenta Carlos Díaz.
Cuando echaron el wampo al agua en marzo, y cerraron el proyecto, fue el último momento en que la comunidad se pudo reunir físicamente. Desde ese momento no han vuelto a verse las caras. El wampo, como un catamarán con toldo de totorilla, está en la casa de uno de sus integrantes, esperando que la pandemia les dé un respiro.
Mientras tanto, Carlos Díaz dedica su tiempo a preservar y enseñar a las comunidades la construcción de los wampos a través de talleres on line y cápsulas educativas, para recuperar parte de las tradiciones de los navegantes lafkenches del lago Budi.