Fortalecer los lazos de pertenencia y las ventajas de la interacción cara a cara son factores positivos del regreso a las oficinas e industrias.
En las últimas semanas, varias comunas del país han avanzado en el plan Paso a Paso permitiendo el regreso al trabajo presencial de personas que, por siete meses, desde sus casas cumplieron sus responsabilidades laborales. Un nuevo cambio en este convulsionado año 2020.
Ante esta nueva realidad cabe preguntarse si la vuelta al trabajo presencial puede generar cuadros de ansiedad. Felipe Parra Muñoz, psicólogo y magíster en Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos, plantea que, si bien no es una relación directa, “lo que se debe considerar es que se trata de un cambio más dentro de la serie de eventos que han ocurrido en este último año, lo cual es experimentado de forma diferente por cada persona dependiendo de sus propios recursos para hacer frente a esto”.
El académico de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián dice que algunas personas experimentan más estrés o ansiedad dentro de sus hogares que en el trabajo, sin embargo, no podemos desconocer que factores como el traslado, los protocolos de uso de espacios, ventilación y la utilización de los elementos de protección personal son situaciones que generan un estrés que no se experimenta en casa.
El retorno no será fácil para todos. Felipe Parra menciona un sondeo de percepciones realizado por CADEM, cuyos resultados muestran que preocupación, miedo y angustia son las emociones predominantes entre quienes volvieron a trabajar y quienes están ad portas de un regreso.
Si bien es cierto algunos no quieren retomar sus rutinas previas a la pandemia, otros ven el lado positivo y retornan con una actitud optimista. Volver tiene una mirada positiva. “Primero se fortalece el sentido de pertenencia al regresar físicamente, además de los rituales propio de la oficina, faena, establecimiento o similar. Por otro lado, la comunicación cara a cara facilita la interacción, independiente de que las plataformas virtuales ayudan mucho, el estar en un determinado espacio trabajando, observando las expresiones faciales o la disposición corporal, hace una diferencia positiva”, sostiene Felipe Parra.
El académico USS agrega que “en el aspecto físico y emocional incluso, desde el moverse un poco más, expresar cómo se vivió este tiempo y poner en común experiencias positivas y negativas son elementos que destaco como positivos dentro de lo complejo que puede ser”.
Aprendizajes
Además, quienes vuelvan no serán los mismos que dejaron sus puestos de trabajo físicos hace algunos meses. La pandemia y sus efectos obligaron a desarrollar nuevas competencias. “Cualquier persona que haya migrado a un formato de teletrabajo se vio enfrentada a desarrollar al menos la competencia de flexibilidad, esto porque, aunque el escenario es muy diferente dependiendo de la industria, la capacidad de adaptarse se tuvo que poner a prueba”, asevera Parra.
Añade que las competencias digitales, junto con la posibilidad de auto regularse, son dos elementos que van de la mano, esto “porque las personas deben usar las plataformas digitales, pero por otro lado deben cuidar su grado de exposición para no sufrir el ‘quemarse en el trabajo’, lo cual está estudiado que está asociado a una relación más sana con el trabajo”.
El futuro
Frente a un escenario incierto, es probable que en el futuro convivan ambas modalidades.
“El teletrabajo que experimentamos en distintas industrias fue forzado por las circunstancias, por lo que se trataría de un cambio no por convicción sino por presión. Bajo ese escenario, las ventajas del teletrabajo no se han llevado a cabo en circunstancias normales, sin embargo, algunos sectores podrán mantener prácticas como reuniones en formato virtual o mixtas, ya sea por el evitarse traslados o por la velocidad con que se puede generar una reunión”, aventura Felipe Parra.
“La posibilidad de conciliar vida personal y vida laboral es más factible hoy que hace un año, entendiendo que, por distintas razones, se podría permanecer en el hogar cumpliendo con las tareas del rol, lo cual a la vez acarrea una búsqueda de un equilibrio y siempre teniendo claro que no es algo que se pueda aplicar en todos los trabajos”, puntualiza el académico de Psicología USS.