Centro UC Capes
Un estudio de investigadores CAPES, CONAF y la Universidad Austral de Chile, evaluó las variables ambientales que inciden en el tamaño y supervivencia de las poblaciones de este remoto ciervo de los fiordos patagónicos.
Uno de los aspectos más estudiados acerca del cambio climático es el impacto que éste tiene sobre las dinámicas de población de diversas especies animales, amenazando, en muchas ocasiones, incluso su supervivencia. Sin embargo, son pocos los estudios de largo plazo que han investigado los efectos de este fenómeno en especies amenazadas y con áreas de distribución restringidas.
Es el caso, por ejemplo, del huemul (Hippocamelus bisulcus), un ciervo endémico de Sudamérica clasificado como “en peligro de extinción” desde 1976, debido principalmente a la reducción paulatina de su distribución geográfica provocada por la deforestación, la fragmentación de su hábitat y la introducción de fauna exótica y doméstica en la región.
A través de un estudio publicado en la Revista Internacional de Biometeorología, un grupo de investigadores del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad(CAPES UC), el Laboratorio de Manejo y Conservación de Vida Silvestre de la U. Austral y CONAF, estimó el impacto actual y futuro del cambio climático sobre las comunidades de huemules de los fiordos patagónicos de la región de Aysén, y de paso, evaluó las variables ambientales que podrían afectar sus ciclos poblacionales.
Para ello desarrollaron un modelo de dinámica poblacional que recogió datos de población recopilados entre 2004 y 2017 en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, una de las 13 áreas protegidas que actualmente albergan comunidades de huemul en Chile, y alguna vez considerada la concentración más grande de estos ciervos en el país.
Pronóstico aciago
De esta forma, los investigadores proyectaron la viabilidad poblacional de las comunidades de huemul del fiordo Bernardo para los próximos 100 años, a partir de dos escenarios posibles: el primero, considerando las condiciones climáticas actuales de la región (caracterizada por un clima frío y húmedo, con temperaturas promedio anuales entre 7 y 8 °C, y precipitaciones superiores a los 4.000 mm), y el segundo atendiendo a las condiciones futuras estimadas por diversos modelos climáticos globales para los años 2050 y 2070.
Las conclusiones alcanzadas por los investigadores indican que las poblaciones de huemul que habitan las zonas aledañas al fiordo Bernardo se encuentran actualmente en un proceso de cuasi extinción, y las probabilidades de extinción total podrían aumentar seriamente con el cambio climático.
“Por “cuasi extinción”, nos referimos a que la población estudiada se encuentra en niveles tan bajos de abundancia, que puede ser peligroso desde el punto de vista genético, pues cualquier perturbación fuerte podría hacerla desaparecer” relata Carlos Riquelme, médico veterinario de CAPES y autor principal del estudio.
“En nuestro análisis” explican los autores “encontramos que el tamaño actual de la población de huemul podría reducirse dramáticamente en escenarios futuros de cambio climático”. Los expertos señalan que existe una alta probabilidad de que el número de individuos en la zona caiga por debajo de 30 o 15 individuos en el próximo siglo, una cifra por debajo del tamaño sugerido por la UICN para asegurar una población viable.
Los autores también puntualizaron que la baja densidad de individuos en el Parque podría, además, reducir el potencial evolutivo de esta especie debido a su baja variabilidad genética, menguando su capacidad de adaptación a nuevas circunstancias generada por cambios extremos en su medio.
Temperaturas y precipitaciones: principales variables
Junto a estas proyecciones, el estudio analizó los factores que influyen sobre las dinámicas de población del huemul, esto es, el aumento o disminución de su número en el tiempo. Según este análisis, las condiciones climáticas invernales son las que mejor predicen el crecimiento poblacional de los ciervos de fiordo Bernardo, los cuales se benefician cuando el invierno es más frío y la disponibilidad de alimento mayor.
Si bien las razones para esta relación aún no se conocen, los investigadores especulan con la posibilidad de un “desajuste” entre las fases de reproducción del huemul y el crecimiento y disponibilidad de plantas o forraje cuando las temperaturas invernales son altas. “Creemos que podría producirse lo estudiado en especies similares, donde se observa que inviernos más cálidos y con menor precipitación pueden alterar la vegetación generando escasez de alimentos” explica Riquelme, “lo que aumenta también la competencia dentro de la población, incrementando su mortalidad.
Este estudio constituye un insumo clave para el diseño de estrategias de conservación para este emblemático ungulado nacional, al identificar por primera vez los principales factores de riesgo que podrían restringir la recuperación de su población, y ofrecer una aproximación cuantitativa y de largo plazo.
“Tratar de sacar al huemul de este riesgo es complejo” señala Riquelme. “Aún es necesario tener más información sobre el huemul y su interacción con el ambiente, ya que el actual escenario de cambio global y climática puede resultar aún peor para él”.