Roberto Reinoso Bascuñán
Director Departamento de Pedagogía
Universidad San Sebastián
Según el Ministerio de Educación, se estima que 209.694 estudiantes egresarán de cuarto medio este 2020, un año que ha marcado la vida de todos y en múltiples ámbitos, especialmente, en el educativo. Ha sido un año en que el sistema se vio obligado a transitar, con urgencia, de un modelo presencial a uno a distancia con todo lo que este cambio implica: aprendizaje e implementación, en forma simultánea, de plataformas digitales (sin considerar aquellos casos en que la falta de acceso a internet fue una constante), el cambio en las estrategias de enseñanza y evaluativas, ajustes y priorización de contenidos, unificación de los espacios escolares con los familiares, etc.
Así, al focalizar nuestra atención en los jóvenes que egresarán de cuarto medio, no sólo tienen la frustración de no poder disfrutar la esperada graduación, sino que además, quienes buscan ingresar a la educación superior, de seguro están sintiendo altos niveles de ansiedad y estrés. Ello por varios motivos: el desconocimiento del instrumento de selección que deberán rendir (prueba de transición que se aplicará en este proceso), las ponderaciones que tendrán las notas de enseñanza media y los resultados obtenidos en las distintas pruebas para postular a la carrera de interés y, para aquellos que ingresen, la incertidumbre sobre si los aprendizajes logrados en la educación media serán los adecuados para sortear con éxito el primer año de educación superior.
Es fundamental que las familias y las instituciones de educación asuman las condiciones académicas, familiares y sociales que presenta esta generación. Las familias deben acompañar y dar un cierto grado de confianza y flexibilidad respecto a expectativas preestablecidas. Para muchos el 2021 será un año de transición y/o nivelación.
A su vez las instituciones de educación que reciban a estos jóvenes deberán considerar programas de acompañamiento y apoyo con el fin de proporcionar condiciones para una adecuada inserción favoreciendo un buen desarrollo académico. También será necesario generar espacios de conversación y reflexión de las vivencias que cada uno ha experimentado con el fin de disminuir las ansiedades, temores y angustias, tanto en lo académico como en lo personal. Clave para comenzar bien su paso por la educación superior.