A pesar de las medidas de control, la reproducción sustancial y generalizada de la plaga continúa en el este de Etiopía y el centro de Somalia, así como a ambos lados del Mar Rojo. Cada enjambre de langostas de un kilómetro cuadrado se consume la misma cantidad de alimentos diarios que unas 35.000 personas y amenazan países que ya de por sí sufren de sequías, conflicto y hambre. La agencia de la ONU para la agricultura necesita financiación para librar la guerra contra los insectos.
Nuevos enjambres de langostas del desierto se están formando en el Cuerno de África y amenazan los medios de vida agrícolas y la comida de millones de personas, advirtió este miércoles la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Según la agencia, las infestaciones de langostas aumentaron durante el último mes en Etiopía y Somalia como resultado de la reproducción extensiva, el clima favorable y las lluvias, y se prevé que las poblaciones aumentarán aún más en los próximos meses.
“Ya se están formando nuevos enjambres que amenazan con volver a invadir el norte de Kenia y la reproducción también está en marcha en ambos lados del Mar Rojo, lo que representa una nueva amenaza para Eritrea, Arabia Saudita, Sudán y Yemen”, dijo la FAO en un comunicado.
La región del Gran Cuerno de África fue testigo de una de las peores infestaciones de langostas del desierto a principios de este año. Una nueva crisis podría tener consecuencias devastadoras para las comunidades afectadas por sequías recurrentes, conflictos, altos precios de los alimentos y la pandemia del coronavirus.© FAO/Judith MulingeUna operación de fumigación aérea contra las langostas en Kenia.
La batalla “aún no ha terminado”
El aumento de las langostas se produjo a pesar de una campaña sin precedentes apoyada por esa agencia de la ONU y sus socios, en la que este año se trataron más de 1,3 millones de hectáreas de plagas de langostas en diez países.
Las operaciones de control evitaron la pérdida de aproximadamente 2,7 millones de toneladas de cereales, suficiente para alimentar a 18 millones de personas al año, en países ya gravemente afectados por el hambre y la pobreza.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, destacó los logros, pero advirtió que la batalla contra la implacable plaga aún no ha terminado.
“No debemos rendirnos. Las langostas siguen creciendo día y noche y los riesgos están agravando la inseguridad alimentaria de las familias vulnerables en toda la región afectada”, agregó.© FAO/Haji DirirUn enjambre de langostas del Desierto.
Protección de los medios de vida
La FAO está ayudando a los gobiernos y socios con el seguimiento y la coordinación, el asesoramiento técnico y la adquisición de suministros y equipo. También está apoyando los medios de vida rurales al proporcionar a las comunidades afectadas paquetes agrícolas, atención veterinaria y alimento para el ganado hambriento, además de dinero en efectivo para las familias que han perdido sus cosechas.
Sin embargo, deben intensificarse los esfuerzos para proteger la producción de alimentos y evitar que empeore la inseguridad alimentaria en los países afectados.
La agencia de la ONU requiere otros 40 millones de dólares para aumentar las actividades de vigilancia y control en los países más afectados (Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen) el próximo año.
Sin fondos adicionales, los esfuerzos de control podrían ralentizarse o detenerse a partir de fines de enero de 2021, lo que podría permitir que aumente el número de plagas devoradoras de cultivos en algunos lugares, advirtió.
“Los agricultores, cuyos medios de vida se han visto afectados, necesitan más apoyo y las capacidades nacionales para monitorear y responder a la langosta del desierto aún deben fortalecerse”, concluyó Dongyu.