Estudiantes curso Gestión Sostenible del Agua
Dr. Jorge León Muñoz
Facultad de Ciencias Universidad Católica de la Santísima Concepción
¿Sabías qué desde el mes de noviembre del año 2015 las aguas del Río Biobío -y su vida- se encuentran protegidas por un decreto de Normas Secundarias de Calidad Ambiental (NSCA)?
Esto es excelente y distingue a este río de muchos otros sistemas acuáticos de Chile. En efecto sólo existen otros dos ríos con NSCA, el Río Maipo y el Río Serrano, éste último ubicado en la Región de Magallanes.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. A modo de spoiler, desde la entrada en vigencia de las NSCA del Río Biobío los monitoreos de calidad de agua (19 parámetros) realizados bajo la coordinación de la Dirección General de Aguas en 14 áreas de vigilancia a lo largo de su cuenca entregan datos poco alentadores. Esta información es pública y se encuentra disponible en dos informes técnicos de cumplimiento desarrollados por la Superintendencia de Medio Ambiente, para los periodos comprendidos entre el otoño del 2016 y la primavera del año 2018.
Resultados
En específico, los resultados muestran que, exceptuando las zonas altas de la cuenca, en general gran parte de los parámetros normados no cumplen los límites fijados en las NSCA o bien la información no ha podido ser recabada por dificultades técnicas o limitación en la existencia de laboratorios certificados.
En base a esta información y según los criterios de cumplimiento establecidos en el Decreto Oficial de este instrumento de gestión el Ministerio del Medio Ambiente debería declarar a la cuenca del Río Biobío como zona saturada (en otras palabras, contaminada) e iniciar la generación de un Plan de Descontaminación. Es entendible que esta decisión es difícil de tomar, más aún en una zona altamente productiva como la Región del Biobío, donde los responsables de los incumplimientos somos muchos, desde las múltiples industrias que destinan sus efluentes en cursos de agua de esta cuenca (incluidas las que tratan nuestras aguas servidas), hasta quienes usan a diario los ríos como basureros sin importar el daño que causan.
Sin embargo, creemos que, a pesar de la falta de información y los costos que significaría declarar al Río Biobío como zona saturada, este es el momento propicio para hacerlo. La crisis actual por COVID-19 nos ha impulsado a cambiar nuestros hábitos y aceptar medidas sanitarias estrictas. Ahora nos resultan comunes conceptos como situación sanitaria, indicadores, trazabilidad, y cuarentenas. También hemos tenido que aceptar la aplicación de medidas sanitarias a casos sospechosos y probables con pruebas RT-PCR no concluyentes. En resumen, uno de nuestros mayores aprendizajes ha sido integrar el principio precautorio, consensuado que prevenir supone reducir de forma significativa las pérdidas de vidas y los impactos económicos.
En resumen, es hora de que interioricemos de que la salud del ambiente es tan relevante como la de nosotros mismos. Sin lugar a duda ya no somos los mismos y ahora aceptamos que somos frágiles y que necesitamos tomar las medidas necesarias para cuidar nuestra salud. Aplicar los mismos principios y cuidados para el ambiente suena más necesario que nunca: por lo cual una cuarentena para la cuenca del Río Biobío no estaría nada mal.
Foto: Jorge León Cabello