Tras varias sesiones, los senadores de la Comisión especializada dieron forma a esta anhelada legislación y escucharon a numerosos expertos que valoraron el cuidado de las abejas y explicaron las múltiples consecuencias que tienen en la vida humana.
El 60% de las frutas y verduras que consumimos diariamente no llegarían a nuestra mesa de no ser por la acción de un pequeño pero gran agente polinizador: las abejas. Por esta razón, tras numerosas sesiones de estudio científico y técnico la iniciativa que regula la actividad apícola, quedó en condiciones de ser analizada por la Sala, luego que los integrantes de la Comisión de Agricultura terminaran de votar las indicaciones presentadas al texto en primer trámite.
La propuesta agrupa tres mociones que persiguen el mismo objetivo que es proteger la salud y hábitat de las abejas y otros polinizadores, así como fomentar la industria apícola nacional y local. Esto con el fin de preservar la biodiversidad, el desarrollo de las actividades e industrias silvoagropecuarias, y la alimentación y salud de la población.
Dado lo anterior, la iniciativa genera un extenso e inédito marco legal que regula esta actividad. Así se establecen los principios de sustentabilidad, gradualismo, sanidad apícola, bienestar apícola y fomento de la actividad apícola.
Aterrizando la norma, se definen los conceptos de abeja, actividad apícola, colmenar, colmena, apicultor, colonia, cuarentena, enfermedad de abejas, miel, núcleo de abejas, peste de abejas, polinización y productos apícolas, entre otros.
También se generan dos registros: uno de apicultores y otro de estampadores de cera. Ambos serán administrados por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y tendrán un carácter público y permanente. En el caso de los apicultores deberán declarar si se dedican a la producción, polinización, selección y cría, u otras actividades apícolas.
Respecto a la salud de las abejas, se redacta un completo apartado acerca del rol del Estado, los apicultores, los veterinarios y los técnicos agrícolas, las enfermedades y pestes de notificación obligatoria y cómo proceder en cada caso, el protocolo de destrucción de especies peligrosas y la prohibición del uso de plaguicidas e insecticidas.
En cuanto a la comercialización de los productos apícolas, la norma profundiza en importación y exportación de abejas y colmenas, y su traslado asociado. De hecho en la Comisión se discutió la necesidad de generar dos reglamentos: uno para la ley en general y otro, respecto a la transhumancia de la especie.
En relación a la miel, la Unión Europea es su principal destino, exportándose durante el año 2015 casi 10 mil toneladas, avaluadas en 39,3 millones de dólares. De acuerdo al Ministerio de Agricultura, este alimento se ha posicionado como el principal producto primario de exportación pecuaria de nuestro país.
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