La nutricionista de la Facultad de Medicina de la U. Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Pamela Gómez, dio a conocer sobre esta condición que afecta a niños, adultos y personas mayores.
Un informe generado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), reveló que en Chile las cifras de desnutrición infantil alcanzaron niveles que en algunos casos superan los seis puntos porcentuales. Asimismo, en otras zonas se registran altas tasas de sobrepeso y obesidad. Un escenario que se genera por la malnutrición que es un desequilibrio por exceso o déficit de nutrientes.
Así lo explica la nutricionista de la Facultad de Medicina UCSC, Pamela Gómez, quien explicó que la diferencia entre la desnutrición y la malnutrición. La primera es la carencia de nutrientes generada por una alimentación inadecuada y la segunda se genera también por una mala alimentación, pero puede ser por exceso o por déficit de nutrientes.
“La malnutrición por déficit se dividen en dos criterios para realizar el diagnóstico: que son desnutrido y riesgo de desnutrir en el caso de los niños. La otra, en adultos se clasifica como enflaquecido o bajo peso. Mientras la Malnutrición por exceso que se clasifica en sobrepeso y obesidad en adultos y niños”, manifestó la profesional.
Las edades más vulnerables en donde se producen estos desequilibrios, en relación a la ingesta alimentaria o por causa de alguna patología, son en las embarazadas, niños y niñas y adultos mayores sobre 70 años. “Aquí también podemos hablar de temas tan importantes como la epigenética y como los genes interaccionan con los nutrientes durante la etapa de gestación”, sostuvo Gómez.
Factores de riesgo
Dentro de los factores de riesgo para una malnutrición, se pueden mencionar enfermedades del tracto digestivo, hospitalizaciones, problemas de salud oral, trastornos de la conducta alimentaria, existen también otros factores que pueden contribuir a la falta de disponibilidad de alimentos, como falta de recursos, de acceso, falta de políticas sociales y el contexto cultural.
Pero, ¿existe alguna relación con el correcto proceso de lactancia? La nutricionista sostuvo que la evidencia nos dice que mantener una lactancia materna exclusiva mínimo por seis meses y complementada con otros alimentos hasta por lo menos los 2 años de edad, previene la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles. “La Organización
Mundial de la Salud la recomienda porque es la forma más saludable y nutritivas de alimentar a los niños y niñas, la leche materna está diseñada para cada bebe por tanto al cuidar este proceso y mantenerlo lo máximo que se pueda prevenimos problemas ya sean por déficit o por exceso”.
Sobre los tratamientos, estos van a depender de qué tipo de malnutrición es, pero están relacionados directamente a la modificación de la estructura de alimentación y cambios en la cantidad y calidad de la dieta, además de cambios en estilo de vida. A lo anterior se suman recomendaciones en actividad física, higiene del sueño, salud mental y emocional, entre otras, el enfoque de estos tratamientos son multidisciplinares en donde participan nutricionista, médicos, profesores de actividad física, kinesiólogo, terapeutas, entre otros.
Fuente: UCSC