Natalia Villegas, directora regional del Servicio Nacional de Turismo, SERNATUR, y Juana Paillalef, directora del Museo Mapuche de Cañete, analizaron la significación de estas instancias y su proyección, afectada por la pandemia.
Anuncio de inyecciones económicas al rescate de las fiestas y ferias costumbristas hubo en el encuentro “Turismo Cultural del Biobío a partir de las fiestas y ferias costumbristas locales”, realizado hoy, viernes 29 de enero, y organizado por el Programa de Embajadores Turísticos, ejecutado por la Universidad San Sebastián y correspondiente a un Fondo de Innovación para la Competitividad, FIC-R, financiado por el Gobierno Regional.
En la reunión online, las expositoras fueron Natalia Villegas, directora regional del Servicio Nacional de Turismo, SERNATUR Biobío, y Juana Paillalef, directora del Museo Mapuche de Cañete Ruka Kimvn taiñ Volil, Juan Cayupi Huechicura.
“Todo lo que hemos vivido en pandemia nos ha conducido a una nueva realidad que, aunque volvamos al estado al que estábamos acostumbrados, va a marcar una nueva ruta, representando una tremenda oportunidad en diferentes sectores y, por cierto, en el área de la actividad turística, para resignificar el valor del turismo, sus fiestas y su cultura”, dijo Francisco Flores, vicerrector de la Universidad San Sebastián. “En nuestra zona tenemos mucha riqueza, para destacar. Esta crisis es una amenaza, pero veámosla en el espacio de la reinversión, como una oportunidad para volver a valorar lo nuestro”, agregó.
Natalia Villegas, directora de SERNATUR, afirmó que la visión del servicio está alineada con el trabajo del Programa de los Embajadores Turísticos en el plano del rescate cultural, y fiestas turísticas y costumbristas. “Son espacios para recordar a nuestros abuelos y a nuestras raíces. Es como un homenaje. Por ello, queremos resaltar este recuerdo y seguir destacando esta temática de manera permanente”, aseveró. Y en ese marco, anunció que SERNATUR cuenta con un Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) ya aprobado, denominado “Difusión y fortalecimiento de la oferta turística en la Región del Biobío en el mercado nacional”, que ofrecerá 500 millones de pesos a las tres provincias, en apoyo de sus fiestas y encuentros (cinco eventos por cada provincia). “Tenemos fiestas muy bien desarrolladas, pero otras, con grandes proyecciones, necesitan más recursos y fortalecerse”, dijo la autoridad. Este FNDR se ejecutará por dos años (desde este año 2021), siempre dependiendo de la emergencia sanitaria.
Museo e impacto en ferias y fiestas
Juana Paillalef, directora del Museo Mapuche de Cañete, Ruka Kimvn taiñ Volil, Juan Cayupi Huechicura, contextualizó primero la presencia del museo en la provincia de Arauco. El organismo, perteneciente al Sistema Nacional de Patrimonio Cultural, no ha cesado funciones incluso en pandemia.
“Trabajamos con un pueblo vivo y vigente, por lo tanto, debemos tener un poco más de cuidado y recato, y mucha paciencia, y respeto, para desarrollar los temas que se desarrollan en el Museo”, explicó. Se refirió a los lafkenches, su geografía, clima, y cómo estos elementos generan una alimentación diferente, una identidad distinta y única que se vive y que se puede ofrecer.
“Las ferias se hacen en sectores apartados. Y qué bueno que no se hagan a orilla de los lagos… la bulla, la gente, la basura, sería imposible manejarlo todo, el sistema sanitario no aguantaría”, reflexionó. Recordó algunos intentos realizados en la provincia, y algunas ferias y fiestas, vigentes hasta hoy, como la de Ranquilhue (Tirúa), de Licura, otras en Lebu, Arauco, Los Álamos, y la Feria Agrícola, Ganadera y Forestal, FAGAF Cañete, que es referente a nivel nacional. “Detrás de todo esto, debe haber una formación desde el ámbito educativo”, dijo Paillalef. “Esto debe pasar por las cabezas de las direcciones, por ejemplo, SERNATUR haciendo un convenio con los directores DAEM, y creando espacios, sería un tremendo avance”, añadió.
“Nuestro trabajo, con financiamiento del FIC-R, derivado de la confianza del Gobierno Regional Biobío, es una apuesta por la innovación, que debe ser vista y entendida como un articulador y facilitador para que las tradiciones puedan seguir en el tiempo”, estableció Luis Angulo, encargado del Programa USS, quien además condujo el conversatorio. Hizo hincapié en que muchas de las fiestas tienen una fecha precisa, concreta, y no se pueden mover, viéndose además afectadas por el régimen de “Paso a Paso” de la emergencia sanitaria. “Por ende, debiésemos trabajar en apoyar lo que está detrás de estos encuentros, que han quedado suspendidos, con todo lo que ello significa para muchas comunas”, acentuó el académico.
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