“La desertificación, la degradación de las tierras y la sequía son grandes amenazas que afectan a millones de personas en todo el mundo, en particular a mujeres y niños”, asegura el Secretario General de la ONU en un mensaje difundido con el motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Cada año, el mundo pierde 24.000 millones de toneladas de suelo fértil. Además, la degradación de las tierras secas reduce el producto interno nacional de los países en desarrollo hasta en un 8 % anual.
Para el 2025, dos tercios del mundo vivirán en condiciones de “estrés hídrico”, cuando la demanda supere la oferta durante ciertos períodos, con 1800 millones de personas que experimentarán una escasez absoluta de agua. Es probable que la migración aumente como resultado de la desertificación, y se estima que, para 2045, será responsable del desplazamiento de unos 135 millones de personas.
Por ese motivo, António Guterres señala que es “urgente” cambiar esta tendencia: “Proteger y restaurar la tierra y utilizarla mejor puede reducir la migración forzada, aumentar la seguridad alimentaria y estimular el crecimiento económico.”
El cuidado de la tierra también puede ayudarnos a afrontar la emergencia mundial que nos plantea el cambio climático.
El Día Mundial, que crea conciencia sobre los esfuerzos internacionales para combatir la desertificación, se estableció hace 25 años, junto con la aprobación de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación, el único acuerdo internacional jurídicamente obligatorio que vincula el medio ambiente y el desarrollo con la gestión sostenible de la tierra.
Bajo el lema “Hagamos crecer el futuro juntos”, el Día Mundial de 2019 se centra en tres temas clave relacionados con la tierra: la sequía, la seguridad humana y el clima.
Cuidar la tierra
Restaurar el suelo degradado, sin embargo, puede ser un arma importante en la lucha contra la crisis climática. Dado que el sector del uso de la tierra representa casi el 25% del total de las emisiones globales, la restauración de tierras degradadas tiene el potencial de almacenar hasta 3 millones de toneladas de carbono por año.
La importancia de garantizar que la tierra esté bien administrada figura entre los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que declara que “estamos decididos a proteger el planeta contra la degradación, mediante el consumo y la producción sostenibles, la gestión sostenible de sus recursos naturales y medidas urgentes para hacer frente al cambio climático, de manera que pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras”. Específicamente, el objetivo número 15 de esa Agenda establece nuestra determinación de detener y revertir la degradación de la tierra.
En otro mensaje, Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención de la ONU, dijo que hay tres cosas que todas las personas necesitan saber sobre el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación:
- No se trata solo de arena,
- No es un problema aislado que desaparecerá silenciosamente; y
- No es problema de otra persona
De lo que se trata es “de restaurar y proteger la frágil capa de tierra que solo cubre un tercio del planeta, pero que puede aliviar o acelerar la crisis de doble filo que enfrenta nuestra biodiversidad y nuestro clima”.
La comunidad internacional ha reconocido el papel central que nuestra suelo juega en nuestras vidas y medios de vida, y desde la adopción de la Convención, unos 196 países, entre ellos Brasil, Indonesia, China e India, así como la Unión Europea, han suscrito acciones coordinadas para la gestión sostenible de la tierra.
“Sin embargo, hay aún más acciones sobre cómo la gestión deficiente de la tierra ha degradado un área dos veces más grande que China y ha dado forma a un sector agrícola que contribuye con casi una cuarta parte de todos los gases de efecto invernadero“, dijo.
La mitad de las personas en el planeta se ven afectadas por las tierras dañadas o viven en áreas urbanas que consumen recursos que ocupan 200 veces más tierra que sus pueblos y ciudades, y que generan el 70%de las emisiones.
¿Qué es la desertificación?
La desertificación no se refiere a la expansión de los desiertos, sino a la degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, principalmente como resultado de actividades humanas y variaciones climáticas. Sucede que las áreas de tierra seca son extremadamente vulnerables a la sobreexplotación y al uso inapropiado del suelo. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el pastoreo excesivo y las malas prácticas de riego pueden socavar la productividad de la tierra.