ANDREA FISCHER
National Geographic en Español
Año con año, miles de especies emprenden largos viajes que describen rutas migratorias alrededor del mundo. Éstas son las más espectaculares.
Las movilizaciones animales forman parte de comportamientos comunes entre algunas especies. No importa si se desplazan por agua, aire o tierra: algunos emprenden rutas migratorias extensas para poder desovar, dar a luz a sus crías, e incluso alimentarse, huyendo del invierno crudo de ciertas partes del mundo. Éstas son algunas de las más impresionantes del reino animal.
Ruta del ñu
La ruta migratoria de los ñus es la más impredecible del mundo animal. Se desplazan por el continente africano con una trayectoria distinta año con año, según las condiciones climatológicas del lugar en el que se encuentren. En cualquier caso, cada verano caminan unos 3 mil kilómetros. De manera general, dan a luz a sus crías en Tanzania, donde nacen aproximadamente medio millón de nuevos ejemplares.
Después de esto, la sabana es suya. Con ellos, antílopes y cebras emprenden el viaje también. Por esta razón, es una de las pocas trayectorias que distintas especies diferentes emprenden en conjunto. Los ñus se alimentan básicamente de hierba, lo que les permite moverse a donde quieran sin mayor dificultad.
Ruta del colibrí
Los colibríes se posicionan entre las aves más pequeñas del mundo. Sin embargo, es una especie con gran potencia y versatilidad para volar. Entre las rutas migratorias, la suya destaca por ser particularmente extensa. Durante el verano, se reproducen en el oeste de Estados Unidos, pero deciden viajar a México para pasar los meses más fríos.
A su paso, cumplen la función ecológica de polinizar diversas especies de plantas. En promedio, dado el gasto descomunal de energía que tienen al volar, necesitan pararse a descansar —y a comer— frecuentemente, por lo que es común encontrarlos perchados en los cables de luz y las ramas de los árboles.
Ruta de la ballena jorobada
Uno de los cetáceos con rutas migratorias más largas es, sin lugar a dudas, la ballena jorobada. Durante los meses de verano habita en las costas más septentrionales de Alaska, y emprende un viaje austral hasta Baja California Sur, en México, para pasar los largos meses de invierno. En algunas ocasiones, también se las ha visto cerca de Acapulco, en Guerrero.
La industria pesquera ha tenido un impacto grave en las poblaciones de ballenas que, en un afán de alimentarse, colisionan contra las embarcaciones y pierden la vida. Sin embargo, las ballenas jorobadas siguen describiendo esta trayectoria para poder dar a luz a sus crías en las costas mexicanas.
Ruta del pato cabeza roja
Conocido por su nombre científico, Aythya americana, estos patos describen rutas migratorias extensas en el continente americano. Comúnmente, se reproducen en pantanos y lagunas estadounidenses, para migrar a las costas caribeñas en invierno. Estas aves tienen la particularidad de que, al abandonar a sus parejas en verano, cambian de plumaje para emprender el vuelo migratorio.
De manera general, estos movimientos se dan entre otoño y primavera, aprovechando los cambios de temperatura. Debido a la caza furtiva y a la devastación de su hábitat natural, la población de patos cabeza roja ha disminuido notablemente en los últimos años.
Ruta del salmón rojo
Entre las especies marinas, el salmón rojo tiene la particularidad de ser muy versátil en su hábitat natural: puede vivir en aguas saladas y dulces sin inmutarse. Por esta razón, se les encuentra entre los ríos americanos y los mares de Groenlandia, dependiendo de la estación del año.
Al año de nacer, abandonan las aguas dulces para emprender un viaje de miles de kilómetros hasta territorio groenlandés. Para ello, deben de sobrellevar cambios fisiológicos importantes, y adecúan su conducta a las corrientes que deben de recorrer. Uno de los destinos finales de estos peces es el río Yukón, al que llegan después de 3 mil kilómetros desde el mar de Bering.
Nota original: https://bit.ly/3a2ktj2