Amigos de los Parques invita a la comunidad a descubrir y escuchar a estos grandes abuelos, supervivientes a través de la historia en los Parques Nacionales Alerce Costero, Alerce Andino, Hornopirén y Pumalín Douglas Tompkins (según permitan las restricciones sanitarias y el aforo dispuesto por CONAF). Conocido como Alerce, Lahuán o Lahual, su nombre científico es Fitzroya cupressoides y pertenece a la familia de las cupresáceas.
Se trata de “una conífera endémica de la Patagonia, que se encuentra entre Corral y Chiloé, en la cordillera de la costa; y en las estribaciones de cordillera de los Andes, entre el volcán Puntiagudo y Chaitén. Investigaciones recientes muestran que durante la última glaciación los bosques de alerce habrían tenido una distribución más amplia y continua que en la actualidad, ocupando las zonas bajas de la depresión intermedia de las provincias de Llanquihue y Chiloé, lo que hoy está cubierto por el mar interior. Su desarrollo es extremadamente lento: su tronco crece entre 0,6 y 1,6 milímetros al año10, y esto es en promedio un centímetro de espesor cada 10 años.
Todas las descripciones de los siglos coloniales coinciden en señalar que el alerce -que los indígenas llamaban lahuan- es uno de los árboles más bellos y esbeltos de América. Se ven como inmensos palos rectos en forma de columnas desnudas, porque las ramas sólo nacen a mucha altura y son poco tupidas, con hojas pequeñas. Así, el alerce se yergue como el señor de los bosques australes maravillando por su altura y grosor. La edad de estos gigantes se ha calculado en 2.500 años, pero pueden vivir más de 3.600″, como señala el estudio “Análisis histórico-cultural del alerce en la Patagonia septentrional occidental, Chiloé, siglos XVI al XIX”, de la profesora del Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, María Ximena Urbina.
El mismo estudio detalla cómo se fue popularizando su uso. “A fines del siglo XVI era ya la madera símbolo de Chiloé, digno de figurar como el emblema de estas provincias australes, dijo Francisco Fonck en 1900, siendo sus tablas las más apreciadas en el reino de Chile y en el Perú, por ser una de las maderas más nobles, elásticas y livianas de cuantas ofrece el continente, además de muy resistente a la humedad y al agua”, describe Urbina.
Hoy su categoría de conservación es En Peligro (EN) según el Ministerio de Medio Ambiente y según UICN. “Si bien con la creación de Parques Nacionales como Pumalín Douglas Tompkins, Alerce Costero y Alerce Andino se ha resguardado parte importante del hábitat de esta especie en extinción, todavía queda mucho por hacer en la protección de los últimos alerces milenarios que tutelan nuestros tesoros naturales como guardianes ancestrales”, dijo Eugenio Rengifo, director ejecutivo de Amigos de los Parques, invitando a la comunidad a ser activa en su protección.
Para saber más del alerce, la Corporación del Alerce (corporación sin fines de lucro que tiene como objetivo promover la relación integrada y dinámica entre las comunidades humanas y la conservación y el uso sustentable de los ecosistemas formados por los bosques de alerce) hizo una infografía con detalles de sus características y amenazas.
Crédito infografía: Corporación del Alerce
Crédito fotografía: Parque Nacional Alerce Andino: Eugenio Rengifo