SAG autorizó el uso de 44 campos de pastoreo de la cordillera de Los Andes en la región.
Luego de casi seis meses de uso de los campos de pastoreo en la Cordillera de Los Andes, finaliza el retorno de los últimos rebaños de animales que permanecían en algunas de las 44 veranadas autorizadas por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en la región del Biobío a la precordillera y valle, dando fin a una tradición ancestral en nuestro país.
Para facilitar el traslado de los animales el SAG dispuso de dos barreras sanitarias, una en Antuco y otra en Ralco, lugares en los cuales los/as ganaderos/as realizan los trámites para la autorización de bajada, además del retiro del Formulario de Movimiento (FMA), Registro de Dispositivos de Identificación Individual Oficial (DIIO), denuncias de eventos sanitarios, entre otros trámites.
“Para acercar nuestro Servicio a los agricultores/as y ganaderos, en especial a los más pequeños, hemos decidido que los trámites que se deben realizar en nuestro Servicio se puedan hacer en estas barreras temporales que hemos implementado, evitando así que las personas deban trasladarse a nuestra oficina en Los Ángeles o Mulchén, en el caso de la provincia de Biobío” destacó Iván Ramírez Delpín, Director Regional del SAG de Biobío.
Asimismo, indicó que el uso de veranadas es una costumbre ancestral, que se ha mantenido a lo largo de los años, en la que los ganaderos llevan sus animales a pastorear a la cordillera de los Andes. Por ello y para evitar la probabilidad de ingreso de alguna enfermedad al territorio nacional, el SAG evalúa cada temporada los riesgos y con ello se definen medidas sanitarias, como el control poblacional, educación sanitaria y muestreos serológicos, entre otros.
Esta temporada el SAG autorizó la subida de 26 mil animales a las veranadas de la región, ganado que comprende bovinos, ovinos, caprinos, porcinos y equinos. Una vez localizados en las veranadas, son inspeccionados en busca de signos clínicos de enfermedades exóticas y en algunos casos muestreados para enfermedades como Brucelosis Caprina, Lengua Azul y Fiebre Aftosa, según el Plan Anual de Vigilancia, labor realizada por médicos veterinarios y técnicos del Servicio.
Por otra parte, el directivo explicó que el trabajo en veranadas también tiene como finalidad atender en forma oportuna la sospecha de enfermedades, controlarlas y evitar la diseminación hacia otros territorios de la región.