Elizabeth Sánchez Novoa
Académica de Nutrición y Dietética Universidad San Sebastián
Desde el año 2010 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido la obesidad como una pandemia debido al incremento y su alcance a nivel mundial. En la actualidad, según los datos entregados por el Ministerio de Salud (MINSAL) más del 74% de la población chilena cursa con algún grado de sobrepeso u obesidad. Sin duda alguna, la pandemia por coronavirus ha contribuido a incrementar estas cifras debido al aumento en factores de riesgo como el sedentarismo y el aumento en el consumo de comida rápida lo que genera un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía.
Debido a que la obesidad es multifactorial, debemos generar medidas para hacerle frente desde distintas aristas, sobre todo tomar en cuenta la situación socioeconómica de las familias de menores ingresos que tienen una capacidad limitada para seleccionar alimentos. Debemos continuar haciendo énfasis en promover una alimentación sana y estilos de vida saludables (como fomento de la actividad física, prevención del tabaquismo, del consumo de alcohol y drogas, además de promover la salud mental) especialmente en la población infantil. Asimismo, se deben tomar medidas para estabilizar los precios de alimentos que en el último año han incrementado considerablemente su valor y que son indispensables para la buena nutrición (frutas, verduras, productos lácteos, huevos y carnes bajas en grasa).
Considerando que el consumo de alimentos ultra procesados ha aumentado y que es un factor de riesgo para la obesidad, se podría generar un impuesto a la comida rápida.
En la medida que la pandemia nos permita, debemos continuar generando espacios protegidos destinados a la actividad física al aire libre considerando sobre todo las jornadas de trabajo y estudio de la población.