Esto a raíz de la mortandad de cetáceos registrada en la península, la cual en poco más de siete meses ha cobrado más de tres ejemplares.
Dos expertos del Departamento de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte (UCN), entregaron medidas que podrían aplicarse para evitar la mortandad de cetáceos de gran envergadura en las costas de Mejillones.
Lo anterior, porque en poco más de siete meses tres ballenas han varado en sus costas debido a colisiones con navíos que operan en el área. Esto fue confirmado por la agrupación del Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos (Cifamac), quienes junto con personal de la Armada y del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) acudieron a realizar las necropsias a los cadáveres.
Al respecto, la investigadora de Cifamac, Ana García, explicó que los mamíferos correspondían en su mayoría a animales jóvenes que presentaban gran sus huesos rotos y hemorragia interna, confirmando las colisiones.
“En octubre varó una ballena jorobada y determinamos que murió por colisión porque tenía hemorragia por el costado izquierdo. Ahora último (16 de abril) tuvimos a la ballena bryde también murió por colisión porque esa tenía seis costillas fracturadas”, cuenta la investigadora.
PROPUESTAS
Al respecto Guillermo Luna, académico del Departamento de Biología Marina de la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN, dijo que la mortandad por colisión es mucho más alta que los tres ejemplares que fueron revisados por Cifamac.
“Unos investigadores en California demostraron en 2017 que la mortalidad, debido a choques entre cetáceos y navíos, es entre 3 a 8 veces más alto de lo que se registra cuando ocurre el varamiento. Es decir, si se encuentran los cadáveres de tres ballenas por impacto, es posible que haya entre 9 a 24 más muertas por la misma posibilidad en el área, de las cuales no nos enteramos”, cuenta Luna.
Por lo mismo, agregó que “las sugerencias a nivel internacional son cambiar las rutas de navegación, reducir las velocidades de los navíos y crear áreas de exclusión, pero estas áreas deben ser aplicables a todas las embarcaciones mayores que transitan por áreas determinadas”.
Por su parte, el académico Enzo Acuña del mismo Departamento, explicó que uno de los problemas que se presentan es que el ruido de las naves afecta la ecolocalización de los mamíferos, es decir, de su capacidad de guiarse y detectar obstáculos.
“Alternativas que podría plantear es establecer rutas para que no se cubra todo el entorno con los navíos. Pero el tema es que la solución final sea evitar los ruidos de las naves. Entonces podríamos establecer un protocolo de funcionamiento de las naves, ese sería el ideal. Regular las actividades para reducir el impacto de los sonidos que interfieren con estos cetáceos”, sostuvo el investigador.
Foto: Centro de Conservación Cetácea