¿Cómo ayuda la FAO a ampliar el acceso a la energía limpia en todo el mundo?
FAO
Artículo original: http://www.fao.org/fao-stories/article/es/c/1412920/
Energía: se utiliza para cocinar, así como para la calefacción, la electricidad y el transporte en muchos lugares del mundo. Pero ¿sabía que también tiene un papel fundamental a la hora de llevar los alimentos a su mesa?
A nivel mundial, la cadena de valor agroalimentaria consume el 30 % de la energía disponible en el mundo. La energía es necesaria para la producción de cultivos, pescado, ganado y productos forestales, para el almacenamiento y la elaboración de alimentos, así como para su transporte y distribución y, por supuesto, su preparación.
Aunque la disponibilidad de combustibles fósiles ha contribuido en gran medida a alimentar al mundo, estas fuentes de energía son finitas y, en general, problemáticas desde el punto de vista ambiental.
La solución más viable para reducir el uso de combustibles fósiles en los sistemas agroalimentarios y alcanzar al mismo tiempo las metas de productividad alimentaria es hacer un cambio hacia fuentes de energía más sostenibles y renovables. Esto incluye la energía solar, eólica e hidroeléctrica y la bioenergía. Al ampliar el acceso a la energía limpia, los actores de la cadena de valor agroalimentaria pueden producir más alimentos de mejor calidad y reducir las pérdidas de alimentos, y mejorar así los ingresos y los medios de vida. Para resumir, las energías renovables son esenciales para alcanzar la seguridad alimentaria y una transformación de los sistemas agroalimentarios sostenible y respetuosa con el clima.
¿Cuáles son algunas de estas soluciones de energía limpia y cómo ayuda la FAO a ampliar el acceso a ellas en todo el mundo?
1) Riego alimentado por energía solar en Rwanda
El distrito de Rulindo, de Rwanda, es un distrito agrícola conocido por sus numerosos cultivos, como la yuca, el maíz y los frijoles. La mayor parte del agua para estos cultivos procede del río Yanze. Los agricultores riegan tradicionalmente con bombas de pedal, que deben ser accionadas por al menos tres personas, lo que requiere mucho trabajo y esfuerzo.
A través del Proyecto KnoWat (Conocer mejor el agua) la FAO instaló sistemas de riego alimentados por energía solar para aumentar la eficiencia del riego de los campos y apoyar los medios de vida de los agricultores de la zona. En el marco del proyecto, se entregaron tres bombas solares portátiles y accesorios a los agricultores de la Cooperativa de producción hortícola de Yanze. Fue la primera vez que se introdujeron sistemas de riego con energía solar en el distrito de Rulindo.
A diferencia de lo que sucede con los equipos de riego con bombas motorizadas, los agricultores no tienen que comprar combustible costoso para hacerlos funcionar. Cada sistema de riego alimentado por energía solar puede suministrar 40 litros de agua por minuto, y el panel solar recoge hasta 500 vatios de energía al día. El sistema puede regar campos a más de cuatro kilómetros de la presa. Dado que reduce parte del trabajo manual, que lleva mucho tiempo, el sistema de riego alimentado por energía solar permite a los agricultores utilizar su tiempo de forma más eficiente y, por consiguiente, aumentar la productividad de sus explotaciones.
Los sistemas de riego alimentados por energía solar ahorran tiempo a los agricultores, aumentan la eficiencia de las explotaciones y apoyan los medios de vida locales. ©FAO/Teopista Mutesi
2) Digestores de biogás para mantener fresca la leche en Tanzanía
El biogás es un combustible renovable producido por la descomposición de la materia orgánica, como los restos de comida y los desechos animales, y puede utilizarse como una forma de energía limpia de diferentes maneras. Mediante el proyecto Invertir en Tecnologías Energéticas Sostenibles en el Sector Agroalimentario (INVESTA), la FAO ha trabajado con entidades gubernamentales, financieras y del sector privado para promover el uso de sistemas de refrigeración de leche alimentados por digestores de biogás.
Los digestores de biogás son grandes tanques en los que se produce biogás a través de la descomposición de la materia orgánica mediante un proceso llamado digestión anaeróbica. Se llaman digestores porque las bacterias comen y digieren esta materia orgánica para producir biogás. La combustión de biogás puede utilizarse para generar energía.
Estos digestores son una excelente solución para los hogares sin conexión a la red y con un número reducido de cabezas de ganado. Cerca del 90 % de los hogares rurales de Tanzanía no tienen electricidad. Por lo tanto, cuando los productores lácteos tienen dificultades para entregar la leche de la tarde, la leche cruda suele dejarse sin refrigerar durante toda la noche. Se pierde entre el 30 % y el 40 % de la leche, en gran parte por este motivo. Los sistemas de refrigeración de leche alimentados por digestores de biogás logran que la cadena de valor de los productos lácteos sea más eficiente y sostenible, ya que la leche puede conservarse durante más tiempo y por lo tanto se puede utilizar o vender en un período más prolongado. La tecnología de biogás puede enfriar dos latas de leche de hasta 5 litros cada una.
La quema de residuos de cultivos es una de las causas del esmog en Nueva Delhi. La FAO está trabajando para convertir, en cambio, los residuos de cultivos en bioenergía. ©commons.wikipedia.org/Jaskarn SH SD
3) Residuos de cultivos se convierten bioenergía en la India
Todos los años, hacia finales de septiembre y octubre, los agricultores de los estados de Punjab y Haryana, Rajastán y Uttar Pradesh de la India usualmente queman unos 35 millones de toneladas de residuos de cultivos después de la cosecha. Esto tiene muchas consecuencias negativas, como un aumento de los niveles de contaminación, que puede provocar un espeso esmog sobre Nueva Delhi.
La FAO está trabajando actualmente con el Gobierno de la India para proporcionar apoyo técnico a través del Planteamiento sobre Bioenergía y Seguridad Alimentaria (BEFS) para el desarrollo de una cadena de suministro de residuos de cultivos, de modo que la paja de arroz desechada pueda ser recogida, almacenada y convertida en otros productos.
Un equipo de expertos en energía sostenible de la FAO está utilizando los instrumentos del planteamiento para seleccionar maquinaria que permita cosechar, recoger, empacar y almacenar los residuos de cultivos. Estos pueden convertirse en gránulos y briquetas que pueden sustituir parcialmente al carbón en las centrales térmicas. La paja de arroz también puede utilizarse para producir biogás comprimido, que podría sustituir al gas natural como combustible para el transporte. La FAO ha elaborado el planteamiento BEFS para ayudar a los países a aprovechar las ventajas de esta tecnología y diseñar y aplicar políticas y estrategias relacionadas con la bioenergía sostenible.
Si queremos producir alimentos suficientes para alimentar a nuestra creciente población, es fundamental hacer un cambio gradual hacia sistemas agroalimentarios eficientes desde el punto de vista energético. Esto requiere adoptar la innovación, aprovechar las tecnologías de energías renovables y crear cadenas de valor alimentarias más eficientes para impulsar el desarrollo sostenible a nivel mundial.