Entre marzo y junio del 2020, el país alcanzó una reducción de movilidad de 31,8% en promedio, en contraste con el 18,5% del mismo período en 2021, de acuerdo a un nuevo informe del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería de la U. de Chile.
Las principales medidas de mitigación del Gobierno para frenar la propagación de la pandemia han sido el establecimiento de cuarentenas y restricciones de movilidad que, si bien tuvieron un impacto significativo en la reducción de casos durante el primer año, han sufrido un desgaste importante con el paso del tiempo.
¿Cuál ha sido el impacto de las cuarentenas en la sostenida reducción de contagios del segundo trimestre del 2021? Es la pregunta central que el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), en conjunto con académicos e investigadores de la Universidad de Chile, plasmó en un nuevo reporte que analiza la evolución de la movilidad de la población, y lo contrasta con el efecto de las cuarentenas anteriores, considerando también la circulación de variantes del Covid-19 y el proceso de vacunación a lo largo del país.
La investigación realizada gracias a la alianza con Entel Ocean, analizó información recabada desde las primeras semanas de marzo del 2020 hasta el 25 de junio del 2021. El reporte evidencia que las sucesivas cuarentenas en todas las regiones durante el presente año han tenido un efecto muy menor en la reducción de movilidad respecto al año anterior: los índices de movilidad de todas las comunas del país entre el 15 de marzo y el 25 de junio del 2020 se redujeron en 31,8% mientras que, en el mismo período en 2021, la reducción fue solo de 18,5%.
Según Marcel Goic, uno de los autores, la relación entre baja de movilidad y baja de contagios está bien establecida en la literatura internacional, dado que “la mayor reducción de movilidad implica menor cantidad de contagios y menor reducción de movilidad implica que los contagios disminuyen más lentamente”, señala.
Por otro lado, además del bajo porcentaje de efectividad de las cuarentenas, el reporte señala que el segundo trimestre del 2021 era mucho más complejo debido a la alta circulación que alcanzó la variante Gamma del virus (antes conocida como “variante brasileña”). En efecto, la circulación de la variante Gamma pasó de un 38% en abril del 2021, a representar más del 70% de los contagios en junio del presente año. Esto es muy importante puesto que la variante Gamma es 2,5 veces más contagiosa que el virus original.
“Dada la mucha menor efectividad de las cuarentenas y una amplia circulación de variantes mucho más contagiosas, el panorama debiese haber sido muchísimo más complejo que hace un año. Sin embargo, el descenso de casos ha sido drástico, por lo que es razonable asumir que la vacunación ha jugado un rol preponderante en la detención de los contagios, posiblemente mucho mayor a aquel de las medidas administrativas de confinamiento”, señala Leonardo Basso, académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile y director de ISCI.
Como conclusión, los autores hacen hincapié en que, de no haber iniciado una rápida y masiva campaña de vacunación, “el efecto en el control de los contagios habría estado muy lejos de ser lo que se ha observado. Ante la fatiga por las cuarentenas, parece razonable que se impulsen medidas que induzcan y favorezcan mayor vacunación, manteniendo -por cierto- las medidas individuales de cuidado en altísima prioridad, lo que incluye vigilancia genómica y un control inteligente de frontera”, enfatizan.
Comunicaciones ISCI