La Atención Primaria de Salud (APS), primer nivel de contacto del sistema público de salud con la población, que comprende unidades como los Centros de Salud Familiar (CESFAM) y los Servicios de Atención Primaria de Urgencia (SAPU), ha sido crucial para el control de la pandemia en el país. En este proceso de adaptación a las nuevas necesidades sanitarias, además, ha desplegado una tarea fundamental en la rehabilitación de personas con sintomatología prolongada más allá de lo normal.
Desde la llegada del COVID-19 al país, se ha puesto en marcha una compleja logística para el manejo de la pandemia, en donde los servicios de salud han colaborado para alinearse frente a la urgencia y la saturación del sistema sanitario. Los dispositivos de Atención Primaria (APS), primer nivel de contacto del sistema público de salud con la población, que comprende unidades como los Centros de Salud Familiar (CESFAM) y los Servicios de Atención Primaria de Urgencia (SAPU), han jugado un rol fundamental, tanto en la detección, como en la trazabilidad y el aislamiento de los casos positivos. Sin embargo, a medida que la crisis sanitaria avanzó, también se incorporó el servicio de rehabilitar a las personas que quedaban con sintomatología post COVID-19.
En esta línea, el pasado 28 de junio las autoridades sanitarias anunciaron la inyección de 2 mil millones de dólares extraordinarios para fortalecer a la red de salud en el combate de la pandemia, presupuesto que contempla la implementación de un programa de rehabilitación para enfermos de COVID-19, entre otras destinaciones de estos recursos.
Para la académica del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la Universidad de Chile, Dra. Mónica Nivelo, es importante que este programa de rehabilitación no tenga un límite de tiempo, ya que hay que adaptarse a esta nueva realidad con COVID-19 en la vida cotidiana, requiriendo nuevas atenciones de salud asociadas a la sintomatología de la enfermedad.
“Habrá que hacer una nueva programación, tanto al sistema de salud como en concreto a lo que hacemos en la atención primaria, porque lo que sabemos sobre el COVID-19 va evolucionado, y quizás en un año más vamos a estar completamente abocados a este trabajo, entonces hay que programarse con las atenciones, calcular cuántos profesionales se van a requerir para dar atención, y también todo el recurso material y espacio necesario”, plantea la Dra. Nivelo.
APS en terreno
De acuerdo a la experiencia que se ha ido obteniendo de los dispositivos de Atención Primaria respecto de la rehabilitación de personas con “Covid prolongado”, como se conoce al estado de mantener síntomas más allá de lo que dura normalmente la enfermedad, es que ha significado una mayor necesidad de personal capacitado para estas funciones. Las áreas de la kinesiología, la terapia ocupacional y la fonoaudiología lideran estos servicios, trabajando por disminuir los síntomas a través de diversas estrategias.
Para la kinesióloga y referente del programa comunal de rehabilitación integral de Recoleta, Daniela Durán, este trabajo se ha intensificado a medida que avanza la enfermedad en el país, y lo que se busca es coordinar a la red de dispositivos de Atención Primaria para poder abordar a los usuarios de toda la comuna que requieran de este servicio. Actualmente, cuentan con un presupuesto delimitado para unos meses, otorgado por el programa ministerial.
“Lo que hemos hecho a nivel comunal es un abordaje a los pacientes post-covid mediante la vinculación con salas respiratorias habilitadas en la red. Además, el equipo de trazabilidad nos permite generar flujos de derivación en donde se utilizan distintos criterios para derivar en cada una de estas salas”, señala Durán.
Pese a que el presupuesto para este programa municipal solo está garantizado hasta septiembre, existen intenciones, desde los servicios locales, para darle permanencia a este tipo de estrategias que van en la línea de mejorar la salud de la población.
Matías Marín
Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar
Universidad de Chile