Moira Negrete
Directora ejecutiva U. Católica del Norte
Consorcio HEUMA
La minería a nivel mundial es una actividad extractiva importante para el desarrollo económico de un país. Esta industria puede influir de manera positiva en el desarrollo sostenible aportando significativamente al crecimiento económico y al desarrollo social, en especial de sus comunidades, con el menor impacto medioambiental posible.
La Industria minería en Chile está transitando a una industria sustentable, impulsada principalmente por declarar el impacto social, económico y ambiental del sector, para contribuir a un futuro sostenible y estimular un dialogo y una cooperación más inclusiva. No obstante, este tránsito incluye evaluar aspectos tales como permitir y fortalecer el desarrollo de las regiones productoras y un compromiso con la seguridad de los trabajadores y el medio ambiente.
En el caso particular de la Región de Antofagasta la industria viene trabajando en iniciativas que conducen a un desarrollo más equilibrado, teniendo en cuenta la viabilidad del negocio, pero también el cuidado de los recursos y la mitigación de posibles impactos de la actividad en las personas y su entorno. Sin embargo, todavía existen desafíos importantes que apuntan hacia el desarrollo de industrias mineras más conectadas con los desafíos regionales, generando alianzas de articulación con los diferentes actores para lograr abordar las problemáticas de sostenibilidad a corto, mediano y largo plazo. Solo así, se puede construir un compromiso que genere y mantenga las condiciones que requiere una minería sustentable, verdaderamente competitiva en todos los ámbitos, que agregue valor a la actividad extractiva y aporte al desarrollo sostenible de nuestra región. Este tipo de desarrollo es altamente complejo, ya que integra temas de tecnología, gestión, economía, sociedad, medioambiente y conocimiento científico.
Es por esto que programas como Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCi) pueden ser la instancia para generar los puentes de colaboración entre los diferentes actores regionales en pro de iniciativas transformadoras de la realidad actual, logrando generar iniciativas colaborativas de I+D+i que apunten a retos tecnológicos y de innovación relevantes en temáticas de sustentabilidad (incluyendo energía y agua) e inclusión (relaciones con las comunidades y generación de valor compartido).