Desde los años 40, el litio es una de las drogas más ampliamente usadas como estabilizador del ánimo, por lo que ha sido el medicamento de elección frente al trastorno bipolar. Esta patología se caracteriza por severos desbalances en la actividad cerebral, ocasionados por una alteración de la comunicación entre las neuronas, las células que forman y hacen funcionar a nuestro sistema nervioso.
Las neuronas se comunican entre sí en puntos de contacto muy precisos, llamados sinapsis, a través de señales específicas. Cuando dichas señales son entregadas por una neurona, estas son interpretadas por las neuronas que las reciben por medio de receptores específicos. Si bien se sabía que el litio corrige los desbalances en la maquinaria receptora que presentan los pacientes con trastorno bipolar, el mecanismo de acción exacto de esta droga se desconocía hasta ahora.
El grupo de investigación dirigido por el Dr. Juan Pablo Henríquez —en el Departamento de Biología Celular de la Facultad de Ciencias Biológicas, de la Universidad de Concepción—, publicó recientemente un estudio en la revista Scientific Reports, de la editorial Nature, que profundiza en los mecanismos que usa el litio para regular la función receptora neuronal.
Una particularidad crucial para el éxito del estudio fue que el grupo del Dr. Henríquez estudió el efecto del litio en la sinapsis neuromuscular, la que controla la contracción muscular, dado que esta sinapsis es de mucho mayor tamaño y accesibilidad que las sinapsis entre neuronas que ocurren en el cerebro. “Felizmente, los mecanismos de comunicación entre neuronas y entre neuronas y músculos son muy similares, por lo que los resultados obtenidos en este trabajo son extrapolables al cerebro”, indicó Henríquez.
El estudio, liderado por el investigador de doctorado Diego Zelada y realizado en colaboración con el argentino Dr. Francisco Barrantes, investigador experto en receptores neuronales, muestra que el litio estabiliza la cantidad y densidad de receptores en músculos de ratones de experimentación, lo que de alguna manera se condice con su conocida función como estabilizador del ánimo. En este sentido, haber hecho este estudio en la sinapsis neuromuscular también abre la posibilidad de usar litio en enfermedades motoras, donde este fármaco no se usa en forma masiva.
Sin perjuicio de los potenciales efectos benéficos del fármaco, los resultados de este estudio también ponen una voz de alerta sobre su uso, pues también demuestran que el litio desestabiliza a los receptores sinápticos en músculos que perdieron el contacto con las neuronas que los contactaban (músculos denervados). Este resultado es particularmente relevante en el contexto de patologías donde ocurre pérdida de contactos sinápticos, como las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, pues los datos de este estudio muestran que el litio podría tener efectos negativos en estos casos.
Una de las patologías en las que ocurre una gran pérdida de sinapsis es la Esclerosis Lateral Amiotrófica, donde por razones que aún se investigan los pacientes pierden progresivamente las sinapsis de las neuronas con los músculos, pero no se afectan las sinapsis entre neuronas en el cerebro. “Nuestros estudios usando litio en la sinapsis neuromuscular abren nuevos caminos hacia la comprensión de la pérdida selectiva de sinapsis periféricas en la enfermedad motora, lo que amplía la potencial relevancia terapéutica de nuestros estudios”, concluyó Henríquez.
1 Comentario