Una nueva investigación publicada en Frontiers in Ecology and Evolution releva la importancia mundial de los ecosistemas marinos australes.
Andrea Navarro, Centro IDEAL
Foto, Paulina Moller
Los procesos ecológicos del océano Austral se suelen considerar aislados del resto del sistema global. Históricamente, una parte de la comunidad científica ha sugerido que la Corriente Circumpolar Antártica (CCA) actúa como barrera biológica, impidiendo el cruce de especies desde el hemisferio sur hacia el continente blanco.
Sin embargo, hace aproximadamente tres años, un equipo de expertos de diferentes países comenzó a reunir evidencias científicas que refutan esta aseveración. El estudio, publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, releva la importancia mundial de los ecosistemas y la biogeoquímica del océano Austral. Según el trabajo, los procesos que ocurren en la atmósfera antártica y la criósfera influyen directamente en los sistemas atmosféricos y oceánicos globales.
“La razón que dio inicio a este trabajo radica en que nos dimos cuenta de que aún existe la concepción de que los ecosistemas australes no están conectados con el resto del planeta. Por ejemplo, algunas investigaciones globales relacionadas con la biodiversidad de los ecosistemas directamente no consideran el océano Austral”, asegura el oceanógrafo del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) la Universidad Austral de Chile (UACh) y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Dr. Juan Höfer.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos evaluaron el grado de conectividad ecológica en diferentes niveles tróficos, vinculando los ecosistemas del océano Austral con el resto de los océanos. También consideraron las conexiones del sistema humano, incluido el papel de este ecosistema en el apoyo a la sociedad, la cultura y la economía de muchas naciones.
Los investigadores calcularon el número de cetáceos y aves que todos los años migran al continente blanco (8,05 y 18 mil millones de toneladas anuales respectivamente). Paralelamente, 55.489 turistas visitan la Antártica durante una temporada. Los viajes humanos dentro y fuera de la región incluyen embarcaciones pesqueras, turísticas y científicas en todos los sectores oceánicos. Como resultado de la amplia conectividad, los cambios futuros en los ecosistemas del océano Austral tendrán consecuencias en todo el sistema de la Tierra, afectando los servicios de los ecosistemas con impactos socioeconómicos en todo el mundo.
“El conocimiento de los ecosistemas del océano Austral y su conectividad global es fundamental para interpretar el cambio climático actual, proyectar sus impactos a futuro e identificar estrategias integradas para conservar y gestionar tanto esta área como el planeta en general”, concluye el Dr. Höfer.
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