Camila Niño, investigadora de Engie Chile, analiza las opciones de dejar atrás el petróleo para abrir paso al Hidrógeno Verde en los próximos años, proceso que implicaría el recambio de motores de combustión interna, desde la maquinaria minera hasta los automóviles particulares. Junto con abordar su factibilidad económica y sustentable, la egresada de la Universidad de Chile analiza las políticas públicas sobre energías renovables y la necesidad de que nuestro país pase de ser importador a exportador de estas y otras tecnologías.
Camila Niño es Ingeniera Civil Mecánica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, y actualmente se desempeña como investigadora de la empresa Engie Chile. Con base en su memoria de título, la Alumni UChile desarrolló un estudio de prefactibilidad técnico-económica sobre la posibilidad de un recambio de celdas de combustible Diesel en la Minería a cielo abierto de nuestro país. El objetivo de esta propuesta apuntaba a la utilización de Hidrógeno Verde como fuente de energía.
Ante esa opción concreta planteada por la egresada de nuestra Universidad y otras empresas privadas, el Ministerio de Energía comenzó un plan que busca hacer del hidrógeno, el “combustible del futuro” para Chile. La iniciativa se enmarca en el boom de las Energías Renovables no Convencionales (ERNC) y en el cumplimiento de metas ambientales de nuestro país para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En esa discusión, Camila ha sido fundamental.
“Hoy, junto a Paulina Ramírez –investigadora del Centro de Energía de la U. Chile- somos parte de las mesas público-privadas para la regulación del hidrógeno. Ahí vemos que el Ministerio avanza en temas regulatorios, donde hay un avance para el almacenamiento de hidrógeno, su uso seguro, su operación, su mantenimiento, instalaciones y capacitaciones. El tema avanza”, asegura Camila.
¿Por qué la utilización de hidrógeno es más conveniente y sustentable? Camila destaca “su alta versatilidad y alta densidad energética por kilogramo de hidrógeno, puede transformarse en distintas formas de transmisión energética. Químicamente tú puedes almacenar un kilo de hidrógeno en casi un triple de lo que se necesita para el gas natural, por ser energéticamente denso, además de ser sustentable y sostenible en el tiempo. Ahora, sus usos pueden ir desde la producción química, para la calefacción, uso dentro de calderas, además de inyectarlo en movilidad de minería, o tiene la opción de electrificar también”.
Opciones y problemas del Hidrógeno hoy
Después de casi 15 meses de su memoria de título, ahora trabaja en Engie para introducir este vector energético en reemplazo del Diesel. En esta empresa desarrolló un plan completo sobre las posibilidades que este recurso ofrecía para la minería y también para el uso cotidiano de las personas, principalmente en las tecnologías de combustión interna.
“Existe hoy el desafío del repostaje de estaciones de recarga de hidrógeno (para empresas o autos particulares). La logística de dónde se instalarán y almacenará el hidrógeno es un punto a desarrollar, al igual que definir la viabilidad técnica y económica del recambio –por ejemplo- de los 1.043 camiones a extracción que existen en Angloamerican y ver cómo evoluciona en el tiempo el costo de adquisición, operación y mantención. Así podremos evaluar si es factible para el contexto de Chile. Todavía hay que esperar hasta el 2025, donde se espera que desarrolle esto a gran escala. Hasta el año pasado no era factible convertir a hidrógeno porque sigue siendo caro en comparación al diésel, que tiene todo más automatizado”, asegura la ingeniera civil mecánica.
Según Camila, se prevé que el primer auto eléctrico que use Hidrógeno Verde en vez de combustibles tradicionales como el Diesel pueda llegar a Chile entre los años 2023 y 2025. Sin embargo, sostiene que primero se necesita que haya estaciones de recarga de hidrógeno y el conocimiento de las compañías exportadoras de que será un negocio rentable. Eso ha complejizado más el tema. “Hoy día solo la ‘Hidrogenera’ de Angloamerican ha salido mucho a la vanguardia y en mi empresa vemos el mantenimiento. Todavía tiene que escalar más el proceso de distribución y de la tecnología de celdas de combustible, que siguen siendo muy caras. En Chile, la producción es de 5.8 a 6.3 dólares por kilógramo de hidrógeno y va variando, según dónde nos encontremos. Por eso, aún no es un costo totalmente efectivo para las empresas”, comenta Niño.
¿Chile exportador de Hidrógeno?
Debido a la innovadora apuesta que está intentando nuestro país, tanto en el ámbito público como privado, profesionales como Camila han podido participar de mesas de discusión sobre esta materia a nivel nacional, pero también ser parte de la discusión tecnológica en Naciones Unidas. Bajo esa experiencia, la egresada de la U. de Chile confía en que las energías renovables serán un tema político trascendental dentro de la Convención Constitucional y espera que esto sirva como punto de partida para que Chile se transforme en potencia en este tipo de políticas.
“Se vislumbra que hay estrategias energéticas que están siguiendo algunos constituyentes y que -a nivel de la Convención- deberían ser común denominador. La habilitación de una estrategia país y regional para la inclusión de energías renovables, con interconexión con otros países para economías de escalas, debe hacer que exportemos tecnologías antes del 2030. Eso debe estar presente en la discusión política hoy, al igual que mitigar los efectos del cambio climático. Yo creo que a futuro hay que exportar hidrógeno, y automatizar (los procesos) digitalizarlos, hacer investigaciones y generar una interconexión regional para hacerlo rentable. Ojalá que haya una estrategia de desarrollo de tecnologías para alcanzar ese nivel de progreso”, concluye Niño.
Diego Espinoza Chacoff