Trabajo multidisciplinario dio cuenta de la presencia de estos elementos y cómo son sus dinámicas en los sistemas de fiordos polares. La investigación fue publicada en la revista científica Frontiers in Earth Science.
Daniela Jofré, Centro IDEAL.
Los metales trazas son muy escasos en los sistemas marinos, siendo posible encontrar concentraciones más elevadas de estos elementos en cuerpos de agua dulce, como ríos, glaciares y hielo de los polos. Ante la evidencia científica del derretimiento acelerado de lugares como el Ártico y la Antártica, es importante conocer cómo influirán estos componentes en la comunidad marina.
La mayor parte de los trabajos científicos se habían enfocado en el aporte del hierro a los océanos. No obstante, un trabajo multidisciplinario analizó las dinámicas de cuatro metales trazas: hierro (Fe), cobalto (Co), níquel (Ni) y cobre (Cu), en ocho zonas de ambos polos, Groenlandia y Antártica. Para este estudio se utilizaron datos publicados desde el año 2014 hasta la fecha, a fin de considerar una mayor variabilidad interanual.
Los resultados mostraron una presencia constante de hierro, principalmente en el Ártico. “En el caso de Groenlandia, existe una mayor entrada de agua dulce comparada con la Antártica, por lo que el rango de salinidad y la concentración de metales es mucho más grande en este lugar”, explicó el Dr. Juan Höfer, investigador del Centro IDEAL de la Universidad Austral de Chile (UACh) y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien participó del estudio.
Respecto a las concentraciones de cobalto, cobre y níquel disueltos en el agua, los resultados mostraron una mayor variabilidad, considerando los niveles de salinidad según el fiordo, la estación y el año.
Sobre la influencia de estos metales en la columna de agua, el Dr. Höfer explicó que “en el océano, a nivel molecular, hay una especie de carrera para ver quién se queda con estos elementos, pues son muy escasos y las células los necesitan. Las bacterias y fitoplancton pelean para ver quién consigue consumirlo antes”.
Otro de los puntos del estudio tiene relación a si estos elementos ingresan de manera disuelta en el agua o en forma de partículas. La investigación determinó un aumento en la presencia de este segundo grupo, lo cual dificulta que organismos como el fitoplancton puedan absorber estos metales.
“Debemos saber qué están aportando las aguas que se derriten, porque todavía no hay claridad sobre qué porcentaje de elementos se queda en la columna de agua y cuánto es usado por el plancton, siendo necesario saber más sobre estas dinámicas en un escenario de cambio climático que predice entradas cada vez más intensa de metales hacia las aguas costeras polares”, comentó el Dr. Höfer.
El investigador hizo hincapié en realizar las comparaciones entre ambos polos, ya que “lo que sucede en el Ártico es como una mirada hacia el futuro. Si bien hay algunas diferencias en la composición de los elementos presentes en las aguas antárticas, lo que pasa en el hemisferio norte nos puede dar pistas de lo que podría acontecer en el Océano Austral en un futuro”.
El estudio fue publicado en la revista científica Frontiers in Earth Science, donde participaron investigadores del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la UACh, Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), Instituto GEOMAR (Alemania), Universidad de Ciencia y Tecnología de Shenzhen (China), Universidad San José State (Estados Unidos), Universidad de Lleida (España), Royal Netherlands Institute for Sea Research (Países Bajos) y la Universidad de Copenhagen (Dinamarca).
Leer el estudio aquí.