Por estos días, la sección de Conservación de la Diversidad Biológica de CONAF Los Ríos, se encuentra analizando y estudiando las imágenes iniciales arrojadas por las cámaras trampa retiradas desde la Reserva Nacional Mocho Choshuenco. Uno de los animales vistos fue un joven puma o “pangui” en mapuzungún, recorriendo la reserva.
Un metódico trabajo de orden y clasificación de imágenes evidenciadas en el sistema de monitoreo de 24 cámaras trampa, ubicadas en la Reserva Nacional Mocho Choshuenco y en predios aledaños, es el que está realizando, por estos días, el departamento de Áreas Silvestres Protegidas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) Los Ríos. Los estudios iniciales han permitido observar distintos objetos de conservación y posibles amenazas en el hábitat.
Este trabajo de monitoreo permanente, de estudio de la diversidad biológica y conservación, es llevado a cabo por el equipo de guardaparques de la reserva nacional y liderado por Patricio Contreras, encargado de la sección de Conservación de la Diversidad Biológica de CONAF Los Ríos, quién señala que “gracias a este monitoreo y, tras la observación inicial de las imágenes obtenidas, hemos podido observar interesantes especies, entre ellos, bonitos ejemplares de puma. Ahora, las miles de imágenes recogidas desde los puntos de monitoreo, hay que analizarlas y sistematizarlas debidamente. Es un trabajo que toma tiempo”.
Sobre los pumas observados, señaló que “la presencia de pumas, conocido como el “león chileno”, no es atípica en esta unidad. En más de una oportunidad, los guardaparques han visto a estos felinos merodeando las instalaciones o han encontrado sus huellas o fecas durante los patrullajes de resguardo en el área silvestre protegida”.
Por su parte, Oscar Droguett, director regional de CONAF Los Ríos, sostiene que “las imágenes que obtenemos de las cámaras trampa, nos permiten como Corporación, realizar un monitoreo más ordenado de las especies existentes en nuestras áreas silvestres protegidas, situación que facilita un análisis más completo de los objetos de conservación monitoreados”, añadiendo que “las fotografías nos aportan datos relevantes sobre comportamientos y nos indican las áreas ocupadas por ellos, nos acercan a la fauna, nos dejan conocerla mejor y, por cierto, también nos permiten distinguir y poner atención en posibles amenazas o factores que afecten la conservación de éstas”.