-Claudia Maturana, bióloga de la Universidad de Chile e investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad, fue destacada con este galardón que busca dar visibilidad a las científicas, y su gran aporte al conocimiento y la sociedad.
Destacar el crucial rol de las mujeres en ciencia, apoyar sus carreras, e inspirar a otras a seguir su ejemplo, es uno de los objetivos del Premio L´Oréal Chile – UNESCO For Women in Science, que cada año distingue a dos científicas de excelencia que cursan estudios doctorales y post doctorales en Ciencias de la Vida, de la Materia y Matemáticas.
Este año, una de las galardonadas fue Claudia Maturana, bióloga de la Universidad de Chile, Doctora en Ecología y Evolución, e investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad. El reconocimiento, entregado el martes 30 de noviembre y que además considera un monto de 7 millones de pesos para investigación, también recayó en Camila Bañales, ingeniera agrónoma e integrante de SOSOET y ACHIPEC.
“El anuncio de este reconocimiento, que busca dar visibilidad a las mujeres científicas, me llena de orgullo. Estoy muy contenta, ya que el premio tiene una connotación muy relevante en el mundo que me desenvuelvo, y a nivel nacional e internacional. Creo que esto marca un proceso transformador en mi carrera”, comenta la investigadora del IEB, quien ha dedicado gran parte de su esfuerzo y pasión a explorar los ecosistemas antárticos y subantárticos.
Dentro de su trabajo, se ha destacado el estudio de los copépodos, unos pequeñísimos crustáceos presentes en los cursos de agua dulce de la Antártica. Estos invertebrados tienen una historia evolutiva muy antigua influenciada por la separación de los continentes, y por lo tanto se hace relevante la conservación de estos organismos y su ecosistema. Asimismo, ha realizado grandes aportes en el área de la biodiversidad relacionada con estos hábitats al fin del mundo. También desarrolló una extensa colaboración con la agencia del Reino Unido, British Antarctic Survey (BAS), trabajo que implicó estar varios meses como líder de terreno en una base británica, “experiencia que significó enfrentarme a distintos desafíos, tanto logísticos como culturales, siendo así uno de los hitos más importantes de mi doctorado”, recuerda.
Pero no sólo eso. Claudia Maturana también ha volcado su interés y trabajo en diferentes instancias universitarias y organizaciones. “En ese sentido, creo que también se ha premiado la capacidad de liderazgo que he logrado desarrollar, siendo dirigente en pregrado y postgrado, representando a estudiantes, trabajando con Conicyt (actualmente ANID), en espacios públicos de discusión, e impulsando una ONG que ahora está mucho más activa. Todo eso ha sido un trabajo de largo aliento, pero muy gratificante”, asegura.
Mujeres en ciencia
Pese a estos resultados, abrir espacios de participación y posicionamiento científico no ha sido un camino simple para la investigadora. “Que las personas jóvenes logren intervenir en la toma de decisiones no es fácil. Asimismo ocurre con el liderazgo de las mujeres en el ámbito científico, donde siento que han existido diversas barreras físicas, culturales y de género, tanto en terreno como en la academia. El machismo y la discriminación es un panorama al que también me he visto enfrentada, donde suelen ponerse muchas etiquetas. Afortunadamente, con fortaleza personal y buenas redes, he logrado soslayar los problemas. Sin embargo, aún creo que falta mucho por avanzar y en ese sentido, creo que el premio también es un llamado a alentar y a seguir trabajando para dar mayor visibilidad a las científicas”, explica Claudia Maturana.
En ese contexto, la investigadora también espera transmitir un mensaje de empuje a las nuevas generaciones de niñas y adolescentes interesadas en seguir el rumbo de la ciencia. “A todas ellas, les diría que fortalezcan su autoestima y crean en sí mismas, aunque a veces el camino sea complejo. Y que si algo realmente les apasiona, lo hagan con autenticidad y sello propio, pues así podrán lograr muchas cosas y abrirse espacios”.
Respecto al futuro, la Doctora en Ecología asegura estar optimista y entusiasta, y con un marcado interés por desarrollar ciencia desde los territorios, con perspectiva de género y una mirada que logre impactar positivamente en las comunidades locales. “Hoy en día el estudio de la biodiversidad en la Antártica requiere de muchas mujeres, de mucho feminismo y además de una visión que incorpore mayor empatía. Esperamos que más mujeres puedan sumarse al apasionante trabajo en la Antártica”, concluye.