Publicado por Camila Meza Sparza UCSC
La enfermera y psicóloga de la UCSC, Alejandra Jerez, recalcó la relevancia de que los padres sean guía y ejemplo de los menores.
La prevalencia de obesidad infantil se cuadruplicó entre los años 80 y 90, llegando en la actualidad a cifras que superan el 30%, especialmente en los niveles socioeconómicos más vulnerables. Dicho escenario, que fue reflejado por un estudio efectuado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, estaría condicionado por una dieta alta en grasa saturada y azúcares, además del sedentarismo.
De acuerdo con esta realidad, la vida activa toma una relevancia importante para el desarrollo integral de los niños, donde los hábitos de los padres son determinantes. Así lo indicó la enfermera y psicóloga de la Facultad de Medicina de la UCSC, Alejandra Jerez: “el anhelo de muchas madres y padres es que sus hijos sean sanos y felices, y el deporte se transforma en un apoyo en todos estos procesos, observar cómo el círculo familiar se involucra, acompañándolos, celebrando sus éxitos y conteniéndolos ante las derrotas, es un tesoro invaluable”.
Para la profesional, la práctica de actividad física o deporte por parte de niños contribuye notablemente en su proceso de crecimiento y desarrollo, especialmente considerando que se caracteriza por aportar en las diversas dimensiones de formación de un ser humano, desde una perspectiva física, psicológica y social, contribuyendo a un sano e integral desarrollo del ser.
“Hemos de considerar que la práctica de deporte favorece el logro de importantes hitos en la vida, como son el potenciar habilidades motoras y coordinación que les permitan desenvolverse con mayor confianza y seguridad en el entorno que van descubriendo día a día con el logro de la necesaria autonomía progresiva que van adquiriendo durante su tierna infancia”, manifestó Jerez.
Particularidad de los hijos
Entre los beneficios de esta práctica se pueden identificar: socializar con pares, el fortalecimiento de la empatía y pertenencia a grupos; el comprender y adaptarse a la incorporación de normas prosociales que son propias de una vida en comunidad, ejercitando frecuente y de manera progresiva la regulación de sus emociones como por ejemplo la rabia, el enojo, así como la tolerancia a la frustración ante los errores, permitiéndoles hacer uso de estas herramientas en su vida cotidiana y a lo largo de toda su vida, es ayudarlos a través del deporte en su presente y futuro.
Entonces, incorporar la práctica de algún deporte desde una temprana edad en la vida de niños es aconsejable y necesaria. “Cada familia ha de considerar las particularidades de sus hijos, ya que existe una amplia gama de deportes que, dadas sus características particulares, se ajustarán a los gustos personales, requerimientos y potencialidades a desarrollar por parte de los niños”, comentó la Magíster en Gestión Educacional.
Según la especialista, es importante que los padres sean esa guía y ejemplo de lo que significa la perseverancia, ampliando la mirada de lo que es la vida acompañada de deporte, generando una perspectiva de llevar una vida saludable y más feliz.
“Se puede observar que el efecto del deporte trasciende a la dinámica familiar, desde padres deportistas que motivan a sus hijos por medio del ejemplo o por el contrario hijos que motivan a sus padres en este camino, fortaleciendo lazos de unión al compartir un lenguaje común, compartiendo el tan deseado tiempo en familia, priorizando la calidad de cada momento disfrutado y valorando los logros de sus hijos, como logros de la familia, que los acerca y fortalece su comunión en amor”, finalizó la docente.