Roberto Reinoso Bascuñán
Académico de la Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad San Sebastián
Para el proceso 2022 se estiman en 160 mil las vacantes disponibles en las 45 universidades adscritas al Sistema de Selección Universitaria y en unos 275 mil quienes se inscribieron para rendir la Prueba de Transición. Para muchas familias el ingreso a la universidad es un hito relevante y cualquier cambio en el proceso tiene efectos en aumentar o disminuir las posibilidades de acceso. Existe consenso en que aquellos con mejores condiciones académicas deben tener preferencia al acceder a alguna de las vacantes disponibles; el conflicto está en cómo determinar a aquellos considerados con “mejores condiciones”. Es un hecho que el sistema educativo presenta importantes brechas y que el colegio desde el cual se egresa es un factor muy relevante al enfrentar un proceso de selección. Si bien se han tomado medidas para igualar oportunidades, previo al 2019 ya se levantaban voces señalando la necesidad de modificar la PSU para dar mayor equidad al proceso.
Día atrás el Mineduc y el Demre informaron las características generales de la nueva Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), que reemplazará a la PSU. Este nuevo proceso de selección cambia la escala de puntuación, separa la prueba de matemática en dos instrumentos, cambia el número de preguntas y tiempos para cada prueba. Pero un aspecto central es el retorno a la medición de habilidades o competencias, foco que tenía la antigua Prueba de Aptitud Académica (PAA). Con ello se busca una mayor equidad en la medición, pues se centraría en las habilidades de interpretar, integrar y utilizar los conocimientos en contextos diversos por sobre el conocimiento de contenido. Reconociendo que la prueba de selección universitaria (independiente del nombre) tiene por finalidad ser un instrumento que facilite la selección y ordenamiento objetivo de los postulantes, también es un termómetro que da información sobre la efectividad en el logro de aprendizajes, léase “adquisición de conocimientos, desarrollo de habilidades e incorporación de actitudes” que presenta nuestro sistema educativo. Esos logros no deberían depender del establecimiento del cual se egresa.
Esperamos que la PAES logre seleccionar de buena forma a los estudiantes que posean los méritos académicos adecuados para incorporarse a la educación universitaria, independiente del establecimiento educacional del cual hayan egresado.