Como una decisión muy esperada, necesaria y urgente en el actual contexto de crisis ambiental, calificó WWF Chile la firma del Acuerdo de Escazú por parte del Presidente Gabriel Boric. Con esto, el país adhiere a este tratado regional, que fue impulsado justamente por Chile en 2012, pero que declinó firmar en 2020.
El objetivo de este acuerdo es establecer garantías en torno al acceso a la información, la participación ciudadana y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe.
“Creemos que este acuerdo es un gran avance en aspectos como la participación efectiva y el derecho a la información, además de afianzar la justicia ambiental en la región y en Chile. En este sentido, se protege a los líderes y defensores ambientales, reconociendo y fortaleciendo su importante labor, además de reforzar el rol del Estado como garante y protector de los derechos de las personas y comunidades”, señala Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile.
“Cómo WWF, junto a un grupo transversal de organizaciones ambientales y sociales de la sociedad civil, hemos llamado a ratificar Escazú, porque entendemos que no solo se trata de un acuerdo ambiental, sino que también es un acuerdo social por la paz, dado que instala a los Derechos Humanos en el centro de las demandas ambientales. Esto, en un contexto en que los territorios demandan cada vez mayor justicia ambiental, se convierte en una necesidad básica que no puede ser desatendida”, agrega el representante de WWF Chile.