El proyecto se realiza en el Parque Nacional Radal Siete Tazas y se estudiará la población del carpintero negro.
Un estudio pionero que permitirá monitorear la ocurrencia de especies en distintos ambientes, sus patrones de actividad diaria y estacional, y estimar densidades poblacionales, a través del sonido, está implementando la Corporación Nacional Forestal (CONAF), en colaboración con el laboratorio de Ecología y Bioacústica del Departamento de Biología y Química de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Católica del Maule, en el Parque Nacional Radal Siete Tazas.
El monitoreo acústico pasivo (MAP), se concentrará, especialmente, en el carpintero negro (Campephilus magellanicus), especie que actualmente se encuentra en la categoría de conservación casi amenazada (NT). Sin embargo, se sospecha que sus números poblacionales están decayendo, debido a la disminución de bosque nativo maduro, que implica la carencia de árboles de suficiente edad para nidificar. En su límite norte de distribución de esta ave, se encuentra el Parque Nacional Radal Siete Tazas, el que representa la última unidad del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), que administra CONAF, y que le brinda protección formal.
Uno de los aspectos que más destacó el director ejecutivo de CONAF, Christian Little, es que “esta idea de monitoreo nace de los guardaparques de Radal Siete Tazas, donde hasta la fecha se han realizado múltiples esfuerzos en el desarrollo de metodologías para monitorear al carpintero negro, por lo que el MAP permitirá estandarizar y ampliar la representatividad espacial y temporal del monitoreo, además de reducir costos en comparación con los muestreos tradicionales y evitar las perturbaciones sobre la actividad de los animales que generan los muestreos presenciales”.
En esencia, este sistema de monitoreo considera el uso de sensores acústicos o coloquialmente llamadas grabadoras, para el monitoreo de fauna silvestre a través del registro de sus sonidos. Al igual que las cámaras trampa (fotos y videos), años atrás cada dispositivo acústico de grabación tenía costos que impedían su uso masivo, pero en la actualidad existen alternativas de equipos de código abierto como los AudioMoths, que tienen un bajo costo y permiten su implementación en un sistema de monitoreo a gran escala. Esta herramienta es cada vez más utilizada en estudios de biodiversidad, puesto que es un método no invasivo, fácil de transportar en terreno y con la capacidad de recolectar datos a distintos rangos de frecuencia y periodos de tiempo, que pueden ser semanas o meses, dependiendo de la configuración de los dispositivos.
En esta etapa de pruebas técnicas, CONAF en colaboración con el Laboratorio de Ecología y Bioacústica de la Universidad Católica del Maule (UCM), dirigido por. Felipe Moreno Gómez, Doctor en Ciencias con mención en sistemática y ecología, se realizaron las primeras labores de campo, efectuándose mediciones de propagación de señales acústicas del carpintero negro y de tonos puros para determinar protocolos de instalación de los AudioMoths.
Las pruebas fueron encabezadas por Felipe Moreno, quien precisó que “se reprodujeron los sonidos a través de un parlante y se instalaron varias grabadoras ubicadas a distintas distancias, registrando los sonidos emitidos simultáneamente. Los análisis de esta actividad permitirán determinar cómo se atenúan y degradan los sonidos con la distancia en este ambiente y establecer cuál es el distanciamiento entre equipos que favorecerá la detección del carpintero”.
Con este sistema de monitoreo, se podrá contar con tendencias y posibles cambios futuros, permitiendo, por ejemplo, evaluar los efectos del cambio climático y otras alteraciones antropogénicas sobre los animales sonoros. Esto adquiere aún más relevancia al considerar especies como el carpintero negro, que son indicadoras del estado de los ecosistemas.El uso de MAP tiene un enorme potencial en el campo del monitoreo, ya que además de ser utilizado en diversas clases de animales con sonidos detectables por el ser humano, como aves o anfibios, también es capaz de detectar animales con rangos de frecuencias que no podemos escuchar, como los sonidos ultrasónicos de los murciélagos y algunos cantos de mamíferos marinos como los delfines o ballenas. Por otro lado, también puede ser utilizado para detectar amenazas como la tala ilegal y la caza furtiva.