La alimentación saludable es un factor protector ante distintos tipos de enfermedades incluido el cáncer. Seguir una dieta abundante en frutas, verduras, granos integrales y pescados además de reducir la ingesta de azúcar y grasas, contribuye a disminuir el riesgo de contraer el cáncer de mamas, patología que este mes de octubre se invita a evitar.
El cáncer de mama es la patología que más mujeres mata en nuestro país y en el mundo. “Cada tres horas, una mujer es diagnosticada con esta enfermedad, la mayoría mujeres sin antecedentes familiares y cuya edad más frecuente de aparición en la población chilena es entre 45 y 65 años comentaba Lissette Villanueva, académica de Obstetricia USS en Cáncer de mama: La enfermedad que más mujeres mata en el mundo
Por eso adherir a un estilo de alimentación saludable puede estar asociado con una reducción significativa en el riesgo de padecer esta enfermedad. Así lo afirma Berta Vizcarra Parra, académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Facultad de Ciencias Para el Cuidado de la Salud USS quien explica que una dieta saludable “incluye un alto contenido de fibra y cantidades limitadas de grasa saturada, proteína animal y azúcares refinados”.
Y agrega que un ejemplo de ello es el patrón mediterráneo (dieta mediterránea) que además de incluir los alimentos ya señalados, incorpora “el consumo de aceite de oliva extra virgen como condimento”, dice Vizcarra.
“Se recomienda que el consumo de lácteos sea bajo en materia grasa. Respecto a la leche, se ha visto que cantidades superiores a 450 ml/día (equivalente a 2,5 o más tazas) se asocian a un mayor riesgo. En cambio, en cuanto al yogurt, cantidades superiores a 100 g/día (equivalente a un envase pequeño/individual) se asocian con menor riesgo”, dice Berta Vizcarra.
Los alimentos que se han asociado al factor protector son:
- Verduras en general (alcachofa, brócoli, champiñones, repollos de bruselas)
- Soya
- Frutas en general: especialmente cítricos, además de granada, mango y berries (arándanos, frutillas y frambuesas)
Por el contrario, los alimentos asociados a un mayor riesgo de cáncer de mamas son:
- Mayor ingesta total de carne: especialmente carnes rojas. Por eso se recomienda limitar el consumo a no más de 3 porciones por semana (350-500g semanales)
- Carnes procesadas: como salame, salchichas y embutidos en general.
- Alimentos con alto índice glicémico: como azúcar, pan blanco, arroz, harina de trigo, papas, cerveza y miel.
En definitiva, el consumo de una alimentación equilibrada y saludable; variada en frutas, verduras y limitada en alimentos procesados, junto con la detección temprana a través de exámenes de tamizaje como la mamografía puede contribuir a prevenir la aparición de un cáncer de mamas o a pesquisarlo en etapas tempranas.